La Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) presentó su informe anual sobre el antisemitismo, correspondiente a 2024, y los datos revelaron una tendencia preocupante: las denuncias por hechos discriminatorios hacia judíos aumentaron un 15% respecto al año anterior, con un total de 687 registros. La impunidad es absoluta en el ámbito de las redes sociales, donde más se multiplican los discursos de odio.
Al margen de la buena sintonía entre el presidente Javier Milei y el primer ministro Benjamin Netanyahu, Argentina mantiene un lazo histórico de hermandad con Israel. Con cerca de 200.000 personas, la comunidad judía del país vecino es la más numerosa de América Latina y tiene una fuerte presencia en la vida cultural, educativa y social del país.
Pero esa visibilidad, sumada a los antecedentes de violencia, volvió a Argentina un blanco en los escenarios de tensión internacional, especialmente cuando se trató de acciones atribuidas al régimen islamista de Irán y/o sus aliados.
En 1992, un atentado de Hezbolá destruyó la Embajada de Israel en Buenos Aires, dejando 22 muertos y 242 heridos. Apenas dos años después, en 1994, un ataque aún más devastador voló la sede de la Asociación Mutual Israelita (AMIA), con un saldo de 85 víctimas fatales y más de 300 heridos. Ambos atentados siguen impunes y están ligados a intereses de Irán y su brazo armado en la región, según la investigación judicial aun sin culminar.
Creció en Argentina el antisemitismo tras el ataque de Hamás a Israel
El relevamiento, realizado desde 1998, advierte que el aumento de los casos de antisemitismo fue abrupto y tuvo como epicentro los meses posteriores al ataque del grupo terrorista Hamás contra Israel del 7 de octubre de 2023, un hecho que impactó en el plano político, social y discursivo argentino y se extendió hasta los últimos días por el fuego cruzado entre Irán e Israel.
De acuerdo a la DAIA, más de dos tercios de las expresiones antisemitas (casi el 70%) fueron mensajes que atacaban directamente la identidad judía, mezclando estereotipos históricos como la avaricia, la conspiración o la doble lealtad con nuevas acusaciones geopolíticas ligadas al conflicto bélico entre el Estado israelí y Hamás.
Los contenidos circularon principalmente en entornos digitales, donde se multiplicaron los discursos de odio a través de hashtags, memes, “chicanas”, publicaciones anónimas y comentarios dirigidos a instituciones o figuras judías del país. Incluso, en el plano futbolístico.
A fines de junio, la barra brava del club All Boys paseó un ataúd y dedicó carteles con la frase “Muerte al Estado Genocida de Israel”, justo antes del partido contra Atlanta, equipo de vinculación histórica con la comunidad judía en Buenos Aires.
Uno de los aspectos más destacados por el informe de la DAIA es la transversalidad ideológica del antisemitismo, ya que los discursos discriminatorios analizados provinieron tanto de sectores de izquierda como derecha, así como de las universidades públicas.
“No podemos permitir que el disfraz de la ‘opinión política’ se convierta en una coartada para la legitimación del odio”, señaló la ONG en su informe.
Algunas de las denuncias de antisemitismo en Argentina recopiladas por la DAIA
Entre los hechos denunciados durante el último año, aparecen en su mayoría casos registrados en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde reside la mayor parte de la comunidad judía argentina, así como en el ámbito digital de las redes sociales. El material publicado se hizo viral en Argentina y generó controversia en X.
En el canal de noticias televisivas A24, un periodista afirmó al aire que “empezó a querer a los judíos”, una frase que fue denunciada por cargar un sesgo estigmatizante.
En un partido de fútbol amateur, un arquero insultó a otro jugador con la frase: “Sos un judío de mierda”. Además, en un supermercado de la cadena DÍA, se denunció que un cajero tenía tatuada una cruz esvástica del nazismo en uno de sus dedos.
Según otra denuncia, una directora de estudios de un colegio realizó, delante de alumnos y docentes, el gesto del bigote de Hitler dirigido a un profesor judío. También, otra denunciante afirmó que una vecina del edificio en el que vive, le expresó: “Qué lindo día para hacer jabón”.
En el parque Rivadavia (CABA) apareció rayado el monumento a Simón Bolívar con la palabra “Mileicowsky”, una referencia conspirativa que alude a la cercanía con la comunidad que expresó el presidente argentino.
Siguiendo el historial de antisemitismo, en redes sociales, la cuenta “La batalla cultural” publicó una imagen del empresario Eduardo Elsztain con la palabra “Hegemonía. El dueño de la Argentina”, en línea con antiguos discursos de poder económico judío global.
La DAIA también recibió denuncias más cotidianas, pero igualmente preocupantes, como la de una persona en situación de calle que usaba la palabra “judío” como insulto cuando no recibía ayuda.
En cada caso grave, la institución presentó denuncias judiciales y volvió a pedir mayor compromiso estatal en prevención y educación, en el marco de un resurgimiento de discursos extremos y la normalización de ciertos lenguajes discriminatorios en la vida pública.