Aunque el gobierno de Javier Milei evite polemizar e insista en los elogios, la nueva política de aranceles del presidente estadounidense Donald Trump afecta de lleno a las exportaciones de Argentina, especialmente, de soja, petróleo, acero, aluminio y carne. Y ahora, que por 90 días el arancel del 10% será la misma base para todos, le hará perder al vecino país la fugaz “ventaja” comparativa que había obtenido ante los países inicialmente sujetos a impuestos mucho más altos. ¿Está en peligro la amistad al ritmo de Queen?
Lo cierto es que los aranceles de Trump irrumpieron en un momento delicado para Milei. En público (y en las redes sociales), el libertario le quitó relevancia a su reciente viaje fallido a Mar-a-Lago, Florida, donde 15 minutos lo separaron de su foto tan deseada con el líder norteamericano, justo cuando debía fortalecer su imagen frente al Fondo Monetario Internacional (FMI) por el acuerdo técnico de un préstamo de 20.000 millones de dólares y la negociación para obtener -a largo plazo- un tratado de libre comercio con EE.UU. como el que goza Chile.
En paralelo, algunos indicadores económicos de Argentina en rojo obligaron a mover las fichas en el plan de Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo. El 2025 es un año electoral, y la recuperación económica es la principal bandera del gobierno libertario, por lo que deberá someterla a validación en los comicios legislativos. Tal como se dice en el país vecino, “la gente vota con el bolsillo”.
Por la presión en alimentos y bebidas, la inflación de marzo (3,7%) fue mayor a la de febrero (2,4%) y la más alta desde agosto de 2024 (4,2%), por lo que no será posible llegar al 1% mensual hasta el segundo semestre del año. Las reservas del Banco Central mostraron saldo negativo en casi una veintena de las últimas ruedas consecutivas. El dólar blue (libre) alcanzó su pico en los últimos cinco meses. Y el índice riesgo país de JP Morgan, que refleja la probabilidad de que Argentina no cumpla con sus obligaciones financieras, se disparó a los 900 puntos básicos.
Así, este viernes por la tarde, antes de lo esperado, el ministro Caputo anunció que se pondrá fin desde el lunes 14 de abril cepo cambiario, es decir, el control de acceso al dólar, originario de los tiempos de Cristina Fernández de Kirchner en 2011, levantado al inicio de la gestión de Mauricio Macri en 2015 y luego restituido a fines de 2019.
En adelante, ya sin restricción de USD 200 mensuales para el atesoramiento personal, con la eliminación del “dólar blend” (liquidación de productos del exterior a un precio compuesto por la combinación de dos tipos de cambio) y una flexibilización de plazos para el pago de operaciones de comercio exterior, la banda de flotación se ubicará entre los 1.000 y los 1.400 pesos argentinos por cada dólar (el oficial estaba hasta el viernes cercano a los 1.100 argentinos), cuyos límites se ampliarán al ritmo del 1% mensual.
Los productos argentinos perjudicados por los aranceles de Trump, el socio de Milei
Ya está latente el miedo de que menos exportaciones afecten negativamente al nivel de reservas del Banco Central, sumado a la amenaza de una recesión mundial.
Para dimensionar, en 2024, el aceite crudo de petróleo encabezó las exportaciones de Argentina a Estados Unidos con un monto de USD 1.992 millones, seguido por las gasolinas, que alcanzaron los USD 211 millones. En el rubro alimenticio, se destacaron las ventas de carne vacuna (USD 194 millones), porotos y aceite de soja (USD 163 millones), miel (USD 125 millones), azúcar (USD 99 millones) y limones (USD 64 millones).
La soja, por ejemplo, cayó un 3% ante las perspectivas de una menor demanda internacional. Son los países exportadores de materias primas aquellos que comenzaron a sentir los efectos apenas se conoció la noticia de la tabla arancelaria de Trump. Al vender productos con menor valor en el mercado global, muchas de sus monedas se devaluaron como una forma de compensar la pérdida de ingresos.
Para el caso particular de Argentina, la baja en los precios de las materias primas representa un fuerte problema, ya que implica al país una reducción en el ingreso de divisas justo cuando más las necesita. Además, se prevé que arrastre un efecto adverso hacia el segundo semestre, período en el que se espera el mayor volumen de exportaciones energéticas.
Vale recordar que el acero y el aluminio argentino, otro producto preciado en las exportaciones a EE.UU., ya habían experimentado una suba de gravámenes al 25% en febrero pasado.
Aunque sin alcanzar las cifras de mercados como Canadá -principal origen del acero importado por EE.UU.-, México, Corea del Sur, Brasil o Vietnam, la Argentina exportó en los últimos años un promedio cercano a los USD 3.289 millones anuales entre aluminio, acero, hierro y sus manufacturas. El 21% tuvo como destino a Estados Unidos.
En otro orden, resta dilucidar en los próximos días qué le deparará a la carne bovina. Si se juzga lo expresado en Fox News por la secretaria de Agricultura de Trump, Brooke Rollins, el panorama luce sombrío para Argentina.
“La gente eligió a este presidente disruptivo, incluso los estados pendulares lo votaron, para que ponga a Estados Unidos primero, no a India, no a China, no más carne de la Argentina, no más lácteos de Canadá, sino Estados Unidos primero”, declaró la funcionaria esta semana sobre la política proteccionista de Trump.
De todos modos, Argentina cuenta hoy con una cuota de apenas 20.000 toneladas que ingresan al mercado de EE.UU. con un arancel casi insignificante, una cifra muy inferior a la de otros países como Australia, que dispone de 400.000 toneladas. Y, en total, Argentina exporta unas 40.000 toneladas anuales a EE.UU., un 7% del volumen total vendido por el país vecino. Para el mercado norteamericano, la participación argentina es insignificante y representa sólo un 2% de sus importaciones totales, estimadas en 1.600.000 toneladas.
En la industria vitivinícola también hay preocupación porque EE.UU. es su principal mercado de destino. En 2024, fue el 28% del total exportado en facturación y el 24% en volumen. El país nortemericano es también el segundo mercado para los vinos espumantes y a granel, y el primero en mosto, con el 36% del total exportado.
Desde la entidad Bodegas de Argentina le pidieron al gobierno de Milei claridad en el impacto que tendrán los aranceles de Trump. El año pasado, el varietal Malbec, emblema argentino, sufrió la peor performance, mientras que la caída de los vinos argentinos se evidenció en la participación en el mercado estadounidense, que pasó del 7 al 4,3% actual.
Mientras los sectores de la economía hacen cálculos y siguen atentos los vaivenes diarios de Trump, el lunes 14 está prevista la visita en Buenos Aires del secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, quien se reunirá con Milei, Caputo y empresarios del sector privado.
Según trascendió a la prensa, la Casa Blanca analiza una línea de ayuda financiera directa a la Argentina para complementar el programa del FMI, en paralelo a los refuerzos que podrían aportar el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y CAF – Banco de Desarrollo de América Latina.
En un comunicado oficial que puso paños fríos a las medidas perjudiciales de EE.UU. sobre Argentina, Bessent aseguró: “Gracias al audaz liderazgo del presidente Javier Milei, la relación entre Estados Unidos y Argentina es más sólida que nunca. Espero con interés nuestras positivas conversaciones sobre la economía argentina y explorar las maneras en que nuestras naciones pueden profundizar aún más nuestra vital relación económica”.