El director ejecutivo de Human Rights Watch para las Américas, José Miguel Vivanco, tildó de una farsa las elecciones que se desarrollan este domingo en Nicaragua, donde Daniel Ortega busca asumir un quinto mandato. Los comicios se realizan con los principales rivales del mandatario en prisión tras ser acusados de traición a la patria y la jornada se desarrolla sin observadores internacionales.

Human Rights Watch (HRW) calificó este domingo como una “farsa” las elecciones generales en Nicaragua, en las que el presidente del país, el sandinista Daniel Ortega, busca su quinto mandato y cuarto consecutivo, con sus principales rivales en prisión acusados de “traición a la patria”.

“Las elecciones de hoy en Nicaragua son una farsa”, escribió en su cuenta de Twitter José Miguel Vivanco, director ejecutivo de HRW para las Américas, para quien “Ortega asumirá su cuarto mandato consecutivo a fuerza de represión, censura y miedo“.

En una serie de mensajes, Vivanco argumentó que los comicios en Nicaragua son una “farsa”, porque desde finales de mayo pasado “el régimen ha detenido y procesado arbitrariamente a 39 críticos del Gobierno, la mayoría de ellos por “traición a la patria”, incluidos siete candidatos presidenciales”.

Además, continuó cuestionando que “las elecciones se realizan sin observadores internacionales” de la Organización de Estados Americanos (OEA), de la Unión Europea (UE) y el Centro Carter, que habitualmente vigilan los procesos en Latinoamérica, “y el régimen no ha permitido que ingresen periodistas internacionales al país”.

La represión de Ortega

“Ortega ejerce el control de todos los poderes, incluyendo la Asamblea Nacional, los tribunales y el Consejo Supremo Electoral”, señaló Vivanco, quien sostuvo que “las instituciones del Estado son utilizadas para reprimir y castigar a cualquiera que sea percibido como crítico y garantizar la impunidad de Ortega”.

“Gracias a su férreo control de la Asamblea Nacional, Ortega ha promovido leyes y medidas represivas que violan derechos fundamentales y que restringen la participación política de los candidatos de oposición”, indicó.

Asimismo, afirmó que “la mayoría de los detenidos” en el contexto electoral “han sido sometidos a interrogatorios constantes y han permanecido incomunicados durante semanas en El Chipote”, una prisión preventiva de la Dirección de Auxilio Judicial de la Policía Nacional.

“Muchos se encuentran en condiciones abusivas de detención, incluyendo aislamientos prolongados”, agregó el representante de HRW.

De igual forma recordó que “antes de esta reciente ola de detenciones, más de 100 críticos del Gobierno fueron detenidos de forma abusiva y permanecen en prisión” y que “muchos llevan más de un año presos y enfrentan pésimas condiciones de detención”.

Presión internacional

“El régimen también: inhabilitó a los principales partidos de la oposición a participar de las elecciones, allanó las oficinas de medios de comunicación, canceló la personalidad jurídica de numerosas organizaciones de la sociedad civil”, prosiguió.

Por tanto, según Vivanco, Ortega asumirá su quinto mandato y cuarto mandato consecutivo “a fuerza de represión, censura y miedo”, por lo que “es fundamental redoblar la presión internacional para exigir la liberación de los presos políticos, y que se reestablezca la democracia en Nicaragua”.

Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea han advertido de sanciones tras los comicios en Nicaragua, entre cuestionamientos a su legitimidad.

Con Cristiana Chamorro, Arturo Cruz, Félix Maradiaga, Juan Sebastián Chamorro, Miguel Mora, Medardo Mairena y Noel Vidaurre, los siete opositores detenidos por “traición a la patria” y/o presunto lavado de dinero, Ortega parte con ventaja para ser reelegido junto con su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.