Una ola de calor está azotando buena parte de territorio argentino.

Buenos Aires, por ejemplo, afronta una temperatura que en las últimas horas ha sobrepasado los 30 grados centígrados. Las playas son el destino principal para sortear el calor, aunque en plena pandemia.

El periódico local Clarín se dio a la tarea de publicar una serie de estampas con las que narrar el frenético desahogo veraniego. Hay quienes se han olvidado por un rato de la covid-19.

Unidades móviles patrocinadas paseando por las calles de Mar de Plata, en una previa que describen como “controlada”. La gente abordo, simplemente se entrega a lo que da el verano, mientras el virus quita paz y vidas en hospitales a nivel mundial.

Pero la diversión va más allá de la capital argentina o zonas turísticas como la antes mencionada.

En Ostende, balneario de la costa atlántica argentina, Pinamar, hacen (al momento de esta redacción) unos perfectos 25 grados centígrados. Por lo tanto, la gente ha salido a disfrutar del océano sin mirar atrás. También hay otros panoramas en Pinamar, como los autocines.

Todo ha sido atrapar olas, visitar el mall, cerca de zonas costeras y entregarse al periodo de vacación. No obstante, los números a nivel mundial por la pandemia, siguen preocupando, como el que a simple vista salta en las fotografías que se han hecho públicas en varios países. Argentina suelta sus propias estampas, como el mar sus retumbos vacacionales.

Y es que, volviendo a la turística Mar de Plata, el distanciamiento se perdió, casi como grano de arena entre una multitud, que yace rendida ante el sol, mar y arena, pese a los constantes llamados de “guarde la distancia”.

Pero “el premio” al 0 distanciamiento, lo ostenta, desde la madrugada del pasado domingo, la fiesta clandestina de 2.000 personas, la cual fue desarticulada con las fuerzas del orden en una zona de playas de Nueva Atlantis.

Las imágenes muestran a algunas personas que tuvieron que suspender la celebración y sentarse, esposadas en la arena, luego de estar con la adrenalina a tope, y con la ilegalidad también.

La agencia noticiosa Telam, difundió una serie de fotografías en las que se ve a personas en grupo, ser sorprendidos por la presencia de la autoridad y de las cámaras, que estaban atentas a capturar el mal momento, de acuerdo a las prohibiciones locales que rigen para evitar más contagios.

Varios de los miles de asistentes, estaban con botellas en mano cuando la policía los capturó de forma preventiva, acabando de un “shot” con la fiesta.

Cuando las dos mil personas habían sido dispersadas, otras capturadas, en el lugar comenzó la operación de limpieza en la playa que antes era toda una pista de celebración en pandemia.

No es la primera fiesta clandestina en ser desbaratada en Mar de Plata.

La primera semana de enero, tal como ocurrió en territorio chileno, con las fiestas clandestinas en Cachagua, Argentina lidiaba con su propia desconsideración ciudadana, cuando ya era descubierta la primera celebración ilegal de este tipo en la localidad de Punta Mogotes.

Una exclusiva casa tenía de invitados a por lo menos 500 jóvenes que todavía celebraban la llegada del 2021, según reportes de medios locales como Infobae.

En Tucumán, otro festejo similar, esta vez con 400 personas al interior de una vivienda. No había distanciamiento, solo ganas de pasarla bien.

En las últimas dos semanas, las autoridades del vecino país hablan de por lo menos 70 fiestas clandestinas desarticuladas.