Las elecciones en Bolivia están a la vuelta de la esquina.
Los principales equipos de campaña de los candidatos presidenciales “tiraron toda la carne al asador” con miras al 20 de octubre.
Lo anterior ha llevado al oficialista partido Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales, a emprender desde el mes pasado una campaña agresiva contra su contrincante Carlos Mesa, un periodista e historiador boliviano, quien fue presidente de ese país entre 2003 y 2005.
En efecto, Mesa solo gobernó durante dos años, porque se vio obligado a renunciar a la presidencia ante una serie de manifestaciones de sectores afines a Evo Morales, que en un inicio reclamaban autonomías departamentales, entre otros puntos.
Por medio de una reforma constitucional, movimientos indígenas presentaron sus candidatos a las elecciones municipales del 2004, lo que meses más tarde, fortalecería la figura del actual presidente boliviano y su naciente partido MAS.
Alimentado con la alicaída imagen de Mesa, Evo se catapultaba en la política, mientras el entonces presidente se vio acorralado por los cierres de carretera y protestas que exigían también la nacionalización del gas y el petróleo en 2005.
Ambos contendientes son, entonces, un par de viejos conocidos y rivales en la política, que esperan saldar cuentas electorales con el fantasma de la crisis de otro país: Argentina.
La vecina en problemas, juega como peón de ajedrez en el esquema del mandatario boliviano y su estrategia “Futuro Seguro”.
Es un spot electoral de 1:00 minuto, el partido de Morales argumenta avances económicos en terrritorio boliviano, desde que el líder aymara llegó al poder.
La estrategia se tranforma y redirecciona hacia su contricante Mesa, a quien comparan con el presidente argentino.
“Mesa es igual a Macri”, es parte de las frases con las que el oficialismo ha buscado conquistar a ese 15% indeciso de por quien votar el próximo domingo.
La producción incluyó a un argentino en las afueras de la Casa Rosada, asegurando que “Argentina adoptó hace 3 años, el mismo modelo económico que Carlos Mesa quiere implementar ahí en Bolivia”.
Apoyados por imágenes de personas viviendo en las calles del vecino en crisis, se hace mención de lo que se considera un desastre de las políticas de la administración Macri, “principalmente en el aumento en el precio de los alimentos y de los servicios básicos como luz, agua y el gas”.
“¿Querés volver a vivir con inflación? Estamos seguros que no”, concluyen los participantes del spot, con un cierre distintivo de la gráfica “Evo y pueblo. Futuro seguro”.
Eso, mientras el silencio electoral llega. Entre tanto, las recientes encuestas revelan que Evo Morales posee una ventaja de al menos un 13 por ciento de las preferencias sobre su principal contendiente.
Sin embargo, necesita el 50% de los votos más uno, para ganar en primera vuelta. La otra cifra para lograrlo en esa misma cita, es obteniendo el 40% de los votos, pero sacando una ventaja del 10 por ciento a su rival.
Las proyecciones actuales no sugieren un triunfo de Morales en primera vuelta, por lo que una segunda cita a las urnas, (15 de diciembre) daría a su rival histórico Carlos Mesa, la posibilidad de volver al Palacio de Gobierno.