El poderoso exministro de Planificación de Argentina, Julio de Vido, fue condenado a 5 años y ocho meses de prisión por el delito de defraudación contra la administración pública, en el marco del caso que investiga la mayor tragedia ferroviaria en el país vecino.

Como reporta diario La Nación de Argentina, el hecho ocurrió el 2 de febrero de 2012, donde murieron 51 personas y hubo 789 heridos. Las investigaciones posteriores comprobaron el pésimo estado del servicio ferroviaria, debido a diversos actos de corrupción.

Además De Vido quedó inhabilitado para volver a ejercer cargos públicos, tras ser condenado como “partícipe necesario” de la tragedia, pues se indicó que era el responsable de supervisar que los subsidios estatales se usaran en el mantenimiento del servicio pero se demostró que fue usado para el pago de sobornos.

El fallo señala que el exministro tenía conocimiento de una serie de informes que constataban el mal estado del servicio ferroviario, pero no realizó ninguna gestión para mejorar su funcionamiento o sancionar a la empresa.

Esta es la primera condena a De Vido, por lo que el fallo puede ser apelado.

El exministro sostuvo este miércoles, en sus últimos alegatos, que es víctima de “persecución política, mediática y judicial” y que su condena fue “una decisión política del presidente (Mauricio) Macri”.

De Vido, quien también se desempeñó como ministro de Planificación durante el gobierno de Cristina Fernández (2007-2015), ya se encontraba bajo detención preventiva por otras causas de corrupción.

Trágico accidente

El accidente ocurrió el 22 de febrero de 2012 cuando un tren de pasajeros se estrelló contra el muro de contención en el final del anden en la terminal de Once de la capital argentina.

El accidente causó 51 muertos, entre ellos una mujer embarazada, y 789 heridos. El tren de la línea Sarmiento llevaba 1.200 pasajeros.

El hecho causó tal conmoción que la entonces presidenta Cristina Kirchner decidió volver a estatizar y modernizar el servicio de ferrocarriles.

Los servicios de ferrocarriles habían sido privatizados en la década de los años 1990 por el gobierno de Carlos Menem (1989-99).

El accidente ferroviario fue el tercero más grave de la historia argentina por la cantidad de víctimas. La línea Sarmiento de ferrocarriles transporta medio millón de personas cada día.