Son más de 200 sexo servidoras transgénero quienes tuvieron que trasladar su “zona roja” en Buenos Aires, originalmente en Palermo, al Planetario, cerca de la Avenida Figueroa Alcorta.

Una negociación que ellas mismas acordaron con las autoridades bonaerenses pero las puso en serios aprietos, según un reportaje dado a conocer por la cadena de noticias TN.

Esto significó una queja constante de este numeroso grupo, que en primera instancia tuvo que ser sacado de las principales calles de la capital de Argentina, ya que desde el sábado 6 al jueves 18 de octubre el país trasansandino se convierte en una ventana al mundo por la realización de los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018.

Chile y 205 países más enviarán a sus atletas a participar de la justa. Argentina tiene una las delegaciones más grandes, 141 atletas para ser exactos. Por esto, invisibilizar la otra cara de la ciudad con las prostitutas trans era urgente, acelerando el traslado de sus 200 miembros.

Sin embargo, la pieza audiovisual que muestra los detalles de los transgéneros deambulando en su nueva zona roja ha despertado el interés de la población así como de otros sectores, incluso a nivel internacional.

Algunas de ellas, aprovechando la exposición, aseguran que haber aceptado el trato con las autoridades capitalinas les ha significado una reducción del 60% de su clientela.

Las que salen a cuadro no tienen temor de hablar con el periodista en terreno, quien muy hábilmente se ganó su confianza y uno que otro piropo cuando le llaman “veterano”, pero de muy buen ver a su juicio. Aseguran que tienen clientes que van de los 20 hasta los 80 años.

TN | Argentina
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Su extravagancia no pasa desapercibida, pero ni eso parece ayudarles. El grupo de trans cree que esperar clientes en la zona del Planetario es todo un desafío a enfrentar y que podría convertirse en permanente, pues aunque el traslado está fijado hasta el 18 de octubre (Clausura de los JOJ), consideran que se trata de una excusa para sacarlas de circulación.

“En los lugares en que podías estar, ya directamente te llevan presa. Imaginate lo que es esto de rechiquitito para todas las chicas que somos”, dice una de las inconformes chicas trans.

La crisis y los clientes

Con el traslado e invisibilización de las principales calles capitalinas, este grupo reconoce que los clientes ya no están buscándolas como antes. Eso, lógicamente se debe al desconocimiento de una zona que podría alterar su estrategia anónima.

Pero la crisis económica que actualmente golpea a todo el territorio argentino y sus hogares también está haciendo de las suyas en el “rubro” prostitución y sus ingresos.

Cobran de 300 a 600 pesos (5 mil a 10 mil pesos chilenos) el servicio mínimo y hasta 1.500 pesos argentinos (25 mil pesos chilenos) con visita a un hotel de la periferia. “Aparte, no podés bajar de precio acá porque somos todas y tenés que cobrar lo mismo que cobran todas”, asegura la misma trans, que habla con suma confianza ante las cámaras.

Otras, consideran que mantener los precios en tiempos de crisis no es viable, dejando atrás toda consideración en los estándares de las tarifas.

¿Como haces con la inflación?, le pregunta el periodista. La respuesta es inmediata: “En mi rubro hay inflación. Por ejemplo hace 10 minutos subí uno y estaba cobrando 500 (pesos argentinos) pero le cobré 700″, responde con risas.

TN | Argentina
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Pero a medida crecen las consultas en el reportaje, otras sexo servidoras transgénero aseguran que el número de clientes se ha reducido sustancialmente y es culpa precisamente de la crisis económica que atraviesa Argentina, sumado al traslado obligatorio de la “zona roja”.

“¿Qué afecta más, el cambio de lugar o la crisis?”, pregunta de nuevo el periodista. “Con la crisis afecta mucho más. Muchísimo menos trabajo. Nosotros necesitamos subir los aranceles como suben todos. No tenemos precios cuidados”, asegura.

El número de clientes atendidos desde que inicia su jornada a las 20:00 horas, lo dice todo. En la actualidad atienden 5, pero antes de la crisis y del traslado, podían ser hasta 15, según la trabajadora del sexo trans.

Asegura que, así como se sentaron a negociar el traslado, no hubo un ofrecimiento gubernamental para que los trans pudieran acceder a otros tipos de trabajos, alejados de la prostitución.

“Como que no te dan pelota, o te tratan como lo que no somos, supuestamente para ellos, personas”, reconoce una de estas.

TN | Argentina
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