En medio del debate en el Muy Buenos Días por el segundo capítulo de Acosados, que mostró el caso de un sujeto que se masturbaba frente a menores de edad en plena calle, sorprendieron las declaraciones de sus panelistas que habían sufrido situaciones parecidas.

Primero fue Marcela Vacarezza, quien reveló haber sido víctima de un terrible caso de abuso cuando tenía 14 años. Luego fue el turno de Carolina Arregui, quien reconoció que en distintas ocasiones vio cómo distintos hombres se les acercaban para mostrarle la forma en que se tocaban los genitales: “Es impactante, es insólito, estos tipos andan en todas partes y no sólo una vez”, partió comentando.

“La primera vez que me tocó algo así, me acuerdo que tenía alrededor de 9 o 10 años. Vivía en un barrio donde en una esquina había un almacén, entonces me mandaron a comprar. Voy a cruzar, y un auto para en la calle y me llama para que me acerque. Inocente, fui y vi que se estaba masturbando, me sentí sucia. No se lo conté a nadie, algo raro me pasó”, relató la actriz.

Posteriormente, volvió a su casa en shock, sin contarle a su familia lo que le había pasado. Tras contar esto, reveló otros dos episodios que vivió en las mismas circunstancias. La segunda vez le pasó cuando tenía 17 años.

“Otra vez iba caminando al colegio, y me di cuenta que había un tipo que venía atrás mío, como descoordinado. Me pareció raro, miré para atrás y claro, se estaba masturbando, me iba persiguiendo”, recordó Carolina, quien se mostró con un tono de voz que evidencia lo afectaba que estaba.

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Claro que a diferencia de la primera vez, ahora la actriz encaró a la persona que lo estaba siguiendo: “Me enojé, y me habían dicho que estos tipos son tan cobardes en estas situaciones, que no son capaces de reaccionar si tú los enfrentas. Me devolví, lo enfrenté y el tipo salió corriendo. No le dije nada, sólo con la actitud”.

Si bien el panel del matinal ya estaba sorprendido con estas dos historias, que pasaron cuando la integrante de Amar a Morir aún era menor de edad, luego reveló un tercer caso.

“Otra vez me pasó en la micro. Un tipo se subió, se sentó al lado mío y ahí lo mismo (…) nunca lo conversé en mi casa, porque para las personas que les pasa esto, es tremendamente traumático, es terrible. Yo preferí guardar silencio, porque llegué a sentir casi que era responsable de algo que no era partícipe”, cerró muy afectada.