Augusto Góngora realizó una robusta carrera en televisión durante toda su vida. Fue el encargado de programación de TVN por dos décadas y estuvo a cargo de noticieros, y otros medios, incluso durante la dictadura militar. Sin embargo, hoy el periodista está en una nueva etapa de su vida, que comenzó con el diagnóstico de una enfermedad: Alzheimer.

“Lloré y lloré el día que me dijeron que tenía esta enfermedad, salí de la consulta y lo único que hice fue llorar”, dijo el comunicador en entrevista con Revista Sábado de El Mercurio. Su esposa, la actriz Paulina Urrutia, fue la primera que percibió los signos de este padecimiento.

La intérprete cuenta que su marido llegó con un “topón” en el auto, el que no recordaba cómo había sucedido. Luego, olvidó dónde lo había dejado estacionado. No obstante, la señal definitiva fue cuando asistieron al cumpleaños de un amigo, y él no sabía quien era.

Por otra parte, ella ya tenía experiencia con esta enfermedad, puesto que una tía la padeció.

Góngora fue diagnosticado en 2014, luego de 17 años de relación con Urrutia. Su neuróloga, Andrea Slachevsky, explicó que el periodista padece de trastorno cognitivo leve de tipo amnésico, lo que significa que el deterioro de la memoria será lento.

Paulina Urrutia y Augusto Góngora
Paulina Urrutia y Augusto Góngora

El periodista ya no puede usar el microbús, pero lo más terrible para él ha sido no poder leer (leía tres libros a la semana) y no poder trabajar. “Eso le provocaba mucha angustia”, dijo la actriz.

A pesar de lo anterior, Augusto Góngora aseguró que no siente temor. “No tengo miedo. Puedo equivocarme”, señaló. Mientras que a Paulina, con quien se casó hace dos años, tiene un miedo que la atormenta: “A mí, lo que me da terror, es que Augusto se olvide de mí”.

¿Qué es el Alzhéimer?

Descrita por primera vez en 1906 por el médico alemán Alois Alzhéimer, esta enfermedad neurodegenerativa consiste en un deterioro progresivo de las capacidades cognitivas hasta llegar a una pérdida de autonomía del enfermo.

Entre los síntomas figuran los olvidos de forma repetida, los problemas de orientación y las alteraciones de las funciones ejecutivas, como por ejemplo no acordarse cómo utilizar su teléfono.

Estos síntomas deben llevar a consultar un médico o un centro especializado, donde varios exámenes neuropsicológicos permitirán diagnosticar o excluir la enfermedad.