Este viernes debutó en Netflix Vivo, su nuevo musical animado con Lin-Manuel Miranda (Hamilton), a la cabeza.

Vivo sigue la historia de un singular kinkajú (una martucha de la selva tropical), que pasa sus días tocando música para las multitudes en una vivaz plaza con su querido dueño Andrés (interpretado por Juan de Marcos, del Buena Vista Social Club).

Su vida se complica cuando Andrés recibe una carta de la famosa cantante Marta Sandoval (Gloria Estefan), en la que invita a su antiguo compañero a su concierto de despedida con la esperanza de reconectarse.

La historia lleva al espectador a un viaje por la magia de La Habana a Miami, con imágenes y colores de gran calidad.

Una carta de amor a Cuba

Vivo entró en mi vida hace mucho tiempo, y me enamoré”, confesó Miranda en una presentación de la cinta que en la que participó BioBioChile.

“Escribimos todas estas canciones en 2009. Pero siempre me encantó la historia. Y fue como estar sentado en mi baúl de canciones”, añadió.

“Y así, revisamos el proyecto recientemente con Quiara (Alegría, directora y escritora del filme), quien escribió In The Heights conmigo. Y redescubrimos totalmente la historia de Vivo“, recordó.

De hecho, aseguró que “Vivo es uno de los personajes más inolvidables para los que he escrito”.

Por su parte, Estefan definió la cinta como “una carta de amor a mi tierra Cuba”.

“Me encantó el guión cuando lo leí, pensé que era realmente sincero”, reconoció y agregó que “cuando escuché las canciones, me enamoré”.

Según Juan de Marcos, “Vivo captura el espíritu de La Habana, el espíritu de mi nación con personajes que realmente representan a Cuba”.

“Me encanta lo que han hecho con la música. Para mi fue un privilegio trabajar en una película como esta”, reconoció.

De la Habana a la pantalla

Según explicaron el productor de diseño de la cinta Carlos Zaragoza, y el director de arte Wendell Dalit, además de la música usaron varias fuentes inspiración para dar vida al viaje de Vivo.

Ambos trabajaron, por ejemplo, “con el atractivo gráfico de los carteles de viaje vintage de los años 50 y 60… Y esa sensación de vitalidad en el color y la luz”, aseguró Zaragoza

A ello sumaron “la yuxtaposición de lo clásico con lo contemporáneo”.

NETFLIX

“Queríamos crear algo que no fuera realista. Pienso en ello más como un set de ópera infinito, ¿verdad? Entonces, queríamos extraer el aspecto más icónico de cada uno de los escenarios y crear algo nuevo con eso, algo que fuera más teatral, algo que fuera más exagerado, que sirviera a nuestra historia”, reconoció.

Una de las cosas que hicieron para investigar fue hacer un viaje de exploración de locaciones. “Por lo tanto, visitamos muchos de los escenarios en los que se basa la historia, incluidos La Habana, los Everglades y Miami“, contó el artista.

Pero eso no fue todo porque también desarrollaron una herramienta que distorsionaba el fondo con un trazo de pincel.
“Técnica que ayudó a dar a nuestros decorados la sensación de que son un fondo pintado a mano como algo que verías en el teatro musical”, explicó el director de arte.

“Esto realmente ayudó a que nuestros personajes tuvieran un escenario en el que actuar”, cerró Wendell.

Vivo ya está disponible en Netflix.