Meghan Markle dijo el viernes que estaba contenta de estar de regreso en Estados Unidos, donde planea hablar en contra del racismo y hacer campaña en favor de un cambio positivo en su país de origen.

Markle y su esposo, el príncipe Harry, se mudaron a Estados Unidos este año tras dejar Canadá y después de anunciar en enero que se alejarían de las obligaciones como miembros de la familia real británica.

La duquesa de Sussex dijo que fue “devastador” regresar cuando el racismo sistémico de Estados Unidos quedó crudamente expuesto, tras la muerte en mayo de George Floyd, un hombre negro, a manos de un policía blanco cuando estaba bajo custodia y desarmado.

Pero sus sentimientos cambiaron a medida que el país se apoderó de las protestas pacíficas generalizadas y las voces negras ganaron terreno para reclamar por décadas de discriminación.

“Pasó de la tristeza a un sentimiento de inspiración absoluta porque puedo ver que la marea está cambiando”, dijo en una cumbre creada por 19th*, una nueva organización de noticias formada por un plantel abrumadoramente femenino.

La actriz, que creció en Los Ángeles, dijo que “no es nuevo ver este trasfondo de racismo”, pero que los cambios que se están construyendo ahora es “algo de lo que espero ser parte y ser parte usando mi voz de una manera que no he podido hacer últimamente”.

“Así que sí, es bueno estar en casa”, agregó.

La actriz deslizó durante su presentación los problemas que ella y su esposo tienen con los medios sensacionalistas.

Markle presentó demandas de alto perfil contra varios medios, alegando violación de la privacidad y derechos de protección de datos y autor por la publicación de extractos de correspondencia con su padre, Thomas, después de su boda con Harry.

El mes pasado la pareja presentó una demanda en Los Ángeles contra uno o más paparazzis a quiénes acusaron de tomar fotografías a su hijo Archie sin su permiso.

Hay “mucha toxicidad” en ciertas coberturas de noticias, dijo Markle, de 39 años.

El príncipe Harry ha comparado lo que llamó una “campaña despiadada” contra su esposa con el trato que recibió su madre, Diana, princesa de Gales, fallecida en un accidente automovilístico en 1997 en París cuando era perseguida por paparazzis.