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Según el centro de análisis Oxford Economics, la economía global demostrará resiliencia en 2025, manteniendo un crecimiento constante pero lento a pesar de la guerra comercial desencadenada por Estados Unidos. Los expertos abordaron los posibles escenarios de la guerra comercial, destacando que las políticas monetarias y fiscales están cambiando de manera dinámica. Estados Unidos conservará su excepcionalismo gracias a la productividad y robusto consumo, mientras que China experimenta un declive. En Europa, el consumo impulsará una lenta recuperación, con diferentes realidades en cada país. Se prevé un crecimiento del 1,1% para la eurozona, que podría reducirse si se implementan aranceles de Trump. El entorno benigno de inflación de los últimos años ha desaparecido, lo que implicará medidas más cautelosas de los bancos centrales en cuanto a recortes de tipos de interés.

La economía global demostrará su resiliencia a lo largo de 2025 y continuará creciendo a un ritmo sostenido y lento, pese a la entrada en vigor de nuevos aranceles en la guerra comercial desatada por Estados Unidos, a juicio del centro de análisis Oxford Economics.

En la presentación este miércoles de sus perspectivas anuales, los expertos de la institución abordaron los posibles escenarios de la guerra comercial, cómo afectará ésta al crecimiento y cuáles serán los sectores más perjudicados.

Para Innes McFee, economista jefe de la firma, “las estadísticas siguen siendo ‘aburridas’ pese a todas las noticias convulsas” y apuntan a un “crecimiento global constante pero lento”.

La razón de esa resiliencia se encuentra, a su juicio, en los grandes cambios que están experimentando las políticas monetaria y fiscal, que se han vuelto “mucho más dinámicas y activas”.

En declaraciones a EFE, el consejero delegado de la compañía, Adrian Cooper, coincidió en que, mientras el nivel del proteccionismo sea “contenido”, se puede esperar que la economía mundial siga siendo resiliente.

Sin embargo, alertó de que, al ponerlas en el contexto histórico y compararlas con las dos o tres décadas previas, las actuales tasas de crecimiento generan desafíos sociales y políticos importantes.

“Ese desencanto con el ritmo en que progresa el nivel de vida es la raíz del aumento de populismo que estamos viendo, y en perspectiva, es muy difícil no ver cómo esas tendencias populistas crecen y se expanden”, dijo Cooper.

EEUU conserva su “excepcionalismo”

Las perspectivas económicas de Oxford Economics se dividieron en tres grandes bloques de la economía global; Estados Unidos, Europa y China, que presentan trayectorias muy diferentes, con el gigante asiático en un declive sostenido.

EEUU conservará su llamado “excepcionalismo” que lo sitúa muy a la cabeza del resto, en gran parte gracias a su productividad, impulsada por la fuerte inversión en nuevas tecnologías, y al robusto consumo de los hogares.

Según McFee, los aranceles no pueden estudiarse como algo aislado, pese a sus efectos nocivos, y podrían ser compensados con medidas fiscales según avance el mandato de Trump.

Sin embargo, el gasto familiar recae cada vez más en los hogares pudientes, mientras las capas más desfavorecidas quedan rezagadas y los desempleados tienen más dificultades para encontrar trabajo.

Cooper llamó la atención sobre la “contradicción inherente entre la política migratoria y la política manufacturera” que desarrolla Trump, ya que, al tiempo que pretende impulsar la industria nacional, deporta a la mano de obra inmigrante necesaria para llevarla a cabo.

Eso también puede hacer de EEUU un lugar menos atractivo para invertir, al incrementar los costes laborales.

Europa estancada

En Europa el consumo tirará del carro de una lenta recuperación macroeconómica, muy vinculada a la estructura de cada país: los manufactureros como Alemania se estancan, mientras que los dependientes del turismo y servicios, como España o Portugal, crecen.

El ‘think tank’ prevé un crecimiento para la eurozona del 1,1%, que bajaría al 0,9% si Trump decide ir adelante con su amenaza de imponer aranceles a la UE para compensar el déficit comercial de su país.

“El impacto de los aranceles es importante pero no enorme, se ha sobredimensionado”, juzgó el analista jefe de Oxford Economics, aunque todo podría cambiar si Estados Unidos decide ir más lejos e impone tarifas del 60% a China y del 10% al resto del mundo.

Y al margen de los aranceles, lo que se puede dar por seguro es que el “entorno benigno de inflación” que ha caracterizado a la economía global en los 20 últimos años ya ha desaparecido.

“Debemos esperar una inflación mucho más volátil. Por lo tanto, los bancos centrales serán mucho más precavidos a partir de ahora con las bajadas de los tipos de interés, y tampoco esos recortes tendrán tanta influencia en la evolución de los precios”, predijo McFee.