Simeng Wang tiene 32 años, lleva ocho meses viviendo en nuestro país y durante todo este tiempo ha usado DiDi para desplazarse por Santiago, la aplicación de transporte de la cual es gerente, ya que pese a que sabe manejar no le interesa hacerlo ni tener auto.
Aparte de nuestro país, ha vivido en Brasil y Estados Unidos y fue en este último donde necesitó adquirir un vehículo debido al pésimo estado del transporte público en esa nación. No obstante, solo era para hacer compras, trámites y viajes específicos, ya que compartió el auto con amigos.
“No necesito auto si tengo accesos buenos a transportes públicos. ¿Para qué? Si quiero ir a un lugar más remoto, pido un DiDi, me resulta más que suficiente para mis necesidades”, dijo Wang a LUN, defendiendo la empresa que representa.
Además, el hombre contó que en sus viajes revela su posición al interior de la firma, lo que es bien recibido por los conductores.
“No lo cuento, pero si me preguntan les digo que trabajo en DiDi y eso les anima a contarme su experiencia en la app. Siempre converso con los conductores para saber qué necesitan y qué se requiere mejorar, es un buen experimento”, señaló.
¿Y se ponen nerviosos? Pues no. Según Wang, generalmente le dicen “¿usted es el gerente? Déjeme contarle esto… “.
En detalle, comentan qué se podría mejorar o cuando pasajeros les dejan malas evaluaciones.
“Cuando llegué me dieron feedback para implementar algunas cosas: querían más información de los pasajeros, cuántas veces habían pedido un DiDi antes y a qué destino iban. Descubrimos que así se sienten mucho más seguros”, añadió.
Sobre particularidades del servicio local, en comparación al extranjero, Wang destacó que en otros países se le sugiere al pasajero sentarse atrás, lo que no ocurre en Chile especialmente porque la app todavía no está regulada bajo nuestra ley.
“Carabineros pueden parar a los conductores, entonces ellos siempre piden irse adelante”, finalizó el gerenta, que destina todos los meses cerca de $80 mil pesos para transportarse por la capital, paso que ha sido intranquilo.
A las semanas de su llegada al país ocurrió el levantamiento social del 18 de octubre. Luego se fue de vacaciones a China y a su regreso comenzó la pandemia de coronavirus.
