Por estos días, en la feria anual de progreso agrícola de Iowa, fue presentado un tractor que bien podría suponer una renovación en los métodos de la agricultura. Se trata de un vehículo autónomo que opera sin la necesidad de un chofer, y que en vez de cabina para conductor implementa un equipo de cámaras y sistemas de radar y GPS que le permiten desenvolverse en el campo como un robot.

El nuevo equipo de la empresa Case IH puede ser operado vía tablet y ofrece la opción de trabajar de forma simultánea con otros tractores. Además, posee una potencia de 410 caballos de fuerza.

Es el fenómeno AgriTech, que además cuenta con sistemas robóticos capaces de ordeñar vacas, transportar alimentos o limpiar letrinas, todo lo anterior sin la necesidad de presencia humana in situ. Los drones aquí toman una relevancia fundamental; por ejemplo, en labores de riego y fumigación, una innovación que en Japón se implementa desde 1990.

El principal problema de este tipo de tecnología son las barreras reglamentarias que los obstaculizan. Según expertos, estas empezarán a reducirse en 2022, lo que supondrá que las máquinas de este tipo ganen notoriedad a medida que pasen los años.

Según datos que recopila el diario español El País, que a su vez cita a la consultora IDTechEx, se calcula que el mercado de robots y drones dedicados al trabajo de la agricultura mueve más de 3.000 millones de dólares al año. Se estima que en 2022, la cifra se triplicará en 10.000 millones, para en 2026 volver a duplicarse.

La misma empresa consultora señala que este año se venderán cerca de 300.000 vehículos con estas características, y que en 2026 el número se elevará a 660.000 unidades. Los expertos apuntan a que la producción de la agricultura tradicional podría triplicarse en base a estos avances tecnológicos.