La música clásica puede calmar la frecuencia cardíaca fetal, lo que potencialmente aportaría beneficios para su desarrollo, según un estudio de investigadores mexicanos.
En la investigación que publica Chaos, participaron 36 embarazadas a las cuales se les hizo escuchar dos composiciones de música clásica: ‘El cisne’, del francés Camille Saint-Saëns, y ‘Arpa de Oro’, del mexicano Abundio Martínez, consigna EFE.
En conjunto, los investigadores de la Universidad Autónoma del Estado de México, la Universidad Autónoma Metropolitana, el Hospital General Nicolás San Juan y el Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez, estudiaron el efecto en el latido cardíaco fetal.
Efecto de la música clásica en el latido cardiaco fetal
Las mediciones típicas de la frecuencia cardíaca son una media de varios latidos a lo largo de varios segundos, mientras que la variabilidad de la frecuencia cardíaca mide el tiempo entre latidos individuales.
Esta última puede proporcionar información sobre la maduración del sistema nervioso autónomo del feto, ya que una mayor variabilidad suele indicar un desarrollo saludable.
El estudio descubrió que, en general, “la exposición a la música daba lugar a patrones de frecuencia cardíaca fetal más estables y predecibles”, según Claudia Lerma, una de las investigadoras.
Los expertos sugieren que la música clásica podría ayudar a promover el desarrollo fetal, resume la revista.
Más detalles de la investigación
Además, los cambios en la dinámica de la frecuencia cardíaca fetal se producen instantáneamente en fluctuaciones a corto plazo, por lo que los padres podrían plantearse exponer a sus fetos a música tranquila, menciona Alonso Abarca-Castro, otro de los expertos participantes.
El equipo también estudió las diferencias entre las dos piezas clásicas y aunque ambas eran eficaces, vieron que la melodía de la guitarra mexicana tenía un efecto mayor.
‘Arpa de oro’ parecía tener un impacto más fuerte en algunas medidas, indicando que producía patrones de frecuencia cardíaca que eran más predecibles y regulares”, explicó Abarca-Castro.
El investigador consideró que factores como las características rítmicas, la estructura melódica o la familiaridad cultural pueden estar relacionados con esta diferenciación.
Aun así, con aquello resultados, el equipo tiene previsto seguir estudiando este efecto con distintos géneros y tipos de música y una muestra mayor de personas.