Aunque la gonorrea, sífilis, VIH, y clamidia son enfermedades de transmisión sexual (ETS) de las que casi todo el mundo ha oído hablar, existe otra que resulta desconocida para la mayoría.

Nos referimos a una infección provocada por la bacteria Mycoplasma genitalium (MG), la que es más común de lo que se piensa. En el Reino Unido afecta a más del 1% de las personas de entre 16 y 44 años.

Peor aún, de acuerdo al sitio especializado en temas de ciencia Business Insider, un equipo de científicos descubrió que esta enfermedad se está volviendo resistente a los antibióticos.

De hecho, expertos del British Association for Sexual Health and HIV afirman que esta infección podría convertirse en una súperbacteria si es que no es controlada adecuadamente (su tratamiento con antibióticos dura cinco días).

Pixabay | Pexels (CCO)
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Incluso, los especialistas sostienen que usualmente el MG es diagnosticado de manera errónea.

“Esto no está curando la infección y está causando resistencia antimicrobiana en pacientes con Mycoplasma genitalium”, explicó a la BBC Paddy Horner, experto en salud sexual del Bristol University y uno de los autores del estudio.

“Si las prácticas no cambian, y los test no son utilizados, el MG tendrá el potencial para convertirse en una superbacteria en una década, resistente a los antibióticos estándar”, agregó.

En el portal Live Science señalan que si bien algunos la describen como una enfermedad de transmisión “nueva”, las bacterias responsables de este mal fueron descubiertas en 1980. No obstante, la conexión entre el M. genitalium y la actividad sexual se hizo a mediados de la década de 1990.

Así lo afirmó Lisa Manhart, profesora de epidemiología de la Universidad de Washington en Seattle, quien ha investigado esta ETS e indicó que los primeros estudios encontraron que las personas que tenían M. genitalium solían tener parejas sexuales que también presentaban esta bacteria en su sistema.

Síntomas

En los hombres esta bacteria puede provocar la inflamación de la uretra (uretritis), lo que genera síntomas como ardor al orinar o secreción en el pene.

En las mujeres, aunque no están del todo claras las consecuencias, podría provocar inflamación del cuello del útero (cervicitis) o desencadenar la enfermedad inflamatoria pélvica (EIP), una patología en los órganos reproductores femeninos, que provoca dolor en la parte baja del abdomen, además de molestias o incluso sangrado durante las relaciones sexuales.

En casos graves, la EIP incluso puede provocar infertilidad.

Como cualquier otra enfermedad de transmisión sexual, la mejor forma de prevenir su contagio es con el uso del condón. Incluso si tienes una pareja estable, lo aconsejable es realizarse el examen una vez al año.