Este nuevo descubrimiento podría incidir en lo que, hasta ahora conocemos, sobre la evolución del Sistema Solar.

Astrónomos de la Universidad de Chile lograron descifrar el origen de 21 satélites de Saturno, el estudio fue liderado por científicos de la Universidad de Chile y del Centro de astrofísica CATA. Además, está publicado en la revista The Astronomical Journal.

Hasta ahora se pensaba que estos objetos tenían el mismo origen que los asteroides que se encuentran más allá de Neptuno. Pero dos científicos chilenos descubrieron que la realidad era muy distinta.

“Estos satélites, tienen una característica clave: Son irregulares”, así lo explica César Fuentes, académico del Departamento de Astronomía FCFM de la U. de Chile y Ph.D en Astrofísica de la Universidad de Harvard.

Se trata de objetos que fueron capturados por un planeta y que siguen órbitas lejanas y excéntricas. Para determinar su origen, junto a José Peña, Doctor en Ciencias mención Astronomía de la U. de Chile decidieron poner sus ojos sobre ellos.

“Las características de las órbitas de los satélites estudiados, los llamados irregulares, indican que son cuerpos que fueron capturados por planetas desde otras partes del Sistema Solar. Y no de las regiones cercanas a Neptuno como se pensaba hasta ahora”, agrega José Peña.

¿Cómo determinaron el origen de 21 satélites de Saturno?

“Para llevar a cabo este estudio utilizamos lo que en astronomía denominamos color. Es la comparación de brillos en diferentes rangos de luz”, aclara Peña.

La investigación llegó así a la conclusión que el origen de los 21 objetos analizados es muy distinto al de los asteroides más allá de Neptuno. Por ende, estaríamos hablando de que el escenario de evolución del Sistema Solar, sería otro al que la astrofísica pensaba que era.

Para llegar a estos resultados se utilizó una técnica, con la que se puede observar y distinguir objetos que brillan muy poco estando cerca de cuerpos mucho más brillantes.

Esta misma técnica es útil para muchas áreas de la astronomía, pudiendo, por ejemplo, facilitar el hallazgo de exoplanetas cercanos a otras estrellas. Aunque por ahora piensan estudiar con esta metodología imágenes que poseen de satélites que rodean Júpiter, Urano y Neptuno.

Ambos astrónomos utilizaron observaciones realizadas en el telescopio Víctor M. Blanco del Observatorio Interamericano Cerro Tololo usando DECam (Dark Energy Camera, o Cámara de Energía Oscura en español). El proceso duró cuatro días de captura de datos, pero que fueron analizadas por un período superior a 12 meses.

“El análisis de las imágenes fue especialmente desafiante al requerir un muy cuidadoso tratamiento de las imágenes, donde se lograron la detección de fuentes muy débiles (los satélites) estando tan cerca de una fuente mucho más brillante (Saturno)”, concluye Peña.