Desde principios de marzo, la prensa comenzó a hacer referencias sobre unas misteriosas y graves filtraciones de importantes secretos estratégicos de Estados Unidos. Varios de esos secretos, además, dejaban muy malparada la lealtad de Estados Unidos hacia sus propios aliados, y, en algunos casos, revelaban la hipocresía de presuntos aliados de Washington que, a escondidas, estaban en tratos con Rusia.