La semana pasada los principales periódicos de Estados Unidos coincidieron en anunciar que el desenlace de la pandemia Covid-19 será una transformación cataclismal del mundo que conocíamos. Que nada volverá a ser como antes.

Según el Fondo Monetario Internacional, la economía mundial se contraerá, llegando a recesión estimada en un 3%. Y esto, oiga, contrastando con la proyección anterior que preveía un crecimiento del 3,3%.

En Estados Unidos, la contracción será aún más grave, llegando al 5%, uniéndose a un aumento de la cesantía que, sólo en el mes de mayo eliminó casi 22 millones de puestos de trabajo en ese país.

Y bueno, este descalabro se produce precisamente cuando en Estados Unidos se inicia la campaña presidencial que en principio culminará en noviembre cuando se enfrenten Donald Trump, con Joe Biden, ese centro derechista demócrata que lleva como estrafalaria candidata a la Vicepresidencia a la muy izquierdista senadora Elizabeth Warren. Para los demócratas, cualquiera alianza sirve si ayuda a impedir que Donald Trump siga en la presidencia de Estados Unidos durante 4 años más.