Una pregunta todavía candente y dolorosa lanza “Bichos raros”, obra de Alex Vidal Salas que protagoniza Vicente, en cuyos oídos resuena la condena por su orientación sexual: ¿Quién es realmente el bicho raro, el insultado o quien insulta?

Por Leopoldo Pulgar Ibarra

Mucho sentido tiene este enfoque del montaje que dirige Juan Carlos Maldonado, al frente de la cia. Bicho Raro, porque en el cotidiano social persisten importantes cuotas de ignorancia y prejuicios sobre la diversidad sexual, pese a todo lo avanzado.

Esta experiencia híbrida de teatro digital resulta más atractiva por el perfil del protagonista que dibuja el autor: un adolescente que aporta ingenuidad y espiritualidad en la forma de vivir y superar vivencias durísimas y traumáticas.

Su historia es muy sencilla: Vicente decide abandonar su hogar el día de su décimosexto cumpleaños y, así, salir del encierro de la incomunicación con sus padres, la discriminación social y la constante expulsión de los colegios por su orientación sexual.

Tiene como objetivo encontrar respuestas y asimilar su verdadera identidad en un espacio mental y físico que quiere reconocer como propio, fuera del entorno agresivo y violento, para dejar de sentirse “bicho raro”… y brillar como una Estrella.

Ironías delicadas, situaciones absurdas y sensaciones-emociones sutiles se entremezclan con actitudes de indiferencia y brutalidad en este montaje oscuro con fuertes chispazos luminosos y solidarios cuando el protagonista toma en sus manos cómo resolver su vida.

En tanto, la música original electrónica de Alonso Venegas, de fuerte impacto y sonoridad de amplia resonancia, junto con los recursos utilizados por Martín Pizarro en la dirección audiovisual, acentúan las vivencias íntimas de los protagonistas.

El elenco de esta obra del Ciclo de Teatro Digital de Sidarte lo integran Jacob Reyes, Bárbara Santander, María José Gutiérrez, Claudia Araya, Juan Carlos Maldonado, Alex Vidal y Bastián del Río (desde México).

Cia. Bicho Raro (c)

Agresiones y consuelos

Voces en susurro, risas, expresiones como qué asco, te ves linda con ese vestido o eres mi hijo sea como sea van construyendo en este montaje un espacio simbólico lleno de discriminación y violencia.

El temor de la madre que su hijo sufra agresiones en el colegio convive con la extraña niña asomándose apenas por encima de la mesa, originando una imprecación absurda: ¿Y esta niñita quién es?

A la vez, el entorno social surge y resurge cuando dos vecinos copuchentos gastan mucha energía para encender el fuego del peligro y del rechazo a la diversidad.

La historia de la Loca Nano, contada como si fuera un espectáculo divertido por esta pareja, retrata los valores de una comunidad que disfruta con la golpiza a un hombre vestido de mujer, que quedó en estado de coma, pero viva.

Entonces, lo religioso-moral y, por supuesto, Dios, que el autor también los hace intervenir, se asocian para intentar justificar la impunidad a los agresores.

Cia. Bicho Raro (c)

Desafío y libertad

Un acierto del dramaturgo es haber perfilado al protagonista como una persona inquieta y curiosa que guarda un fondo de valentía y decisión, y no un sujeto pusilánime al que se debe compadecer.

Vicente, consciente de la discriminación que sufre, tiene fuerza para escupir a los que se reían de él en el colegio y se “disfraza” de hombre cuando vuelve a su hogar.

En este juego de roles es fundamental Mirta, un amigo de la noche que el muchacho conocía a la distancia, a quien salvó de un grave peligro: su experiencia es un soporte en su búsqueda de identidad.

La cámara, entre tanto, muestra abundantes primeros planos, detalles de rostros, bocas y otros gestos que va construyendo imágenes no literales de la realidad, caricaturizando veleidades, prejuicios y traumas.

Rasgos que en momentos también absorben algunos diálogos y silencios, que se hacen más dulces y creíbles cuando el adolescente conversa con la niña que quiere ayudarlo a ser hombre, un regalo del papá.

Otras expresiones del niño a la madre (“no sabes quién soy” o “tú debería aceptarme como soy, con vestido”) que se complementan con las que lanza al padre (“no quiero ser tu hijo” en respuesta a “prefiero no ser tu papá”) son fundamentales para entender una relación filial puesta en extrema tensión.

Son imágenes de mundos interiores en correlación con las de la calle que la potencia de la sonoridad musical contribuye a que se conecten con el vértigo de la vida, inestable y temible.

Una corriente de espiritualidad tiñe esta travesía familiar y las emociones y sentimientos tristes y esperanzados de un adolescente ingenuo que se había olvidado que tenía sonrisa y que no se sentirá más un bicho raro.

Youtube Teatro Sidarte
Viernes y sábado, 21.00 horas
Hasta el 7 de noviembre
Entrada general $ 3.000 (ticketplus.cl)