A un año de su consolidación internacional (en 2020 fue el artista más escuchado en Spotify con más 8.300 millones de reproducciones), Bad Bunny reflexionó sobre su estatus de megaestrella mundial en diálogo con El País Semanal de España.

“El pop es lo popular, lo mainstream, así que el trap ya… Y no me refiero solo al trap latino, me refiero al trap-hip hop de acá de Estados Unidos”, comentó sobre sus influencias latinas y musicales.

“La canción número uno es de un trapero. Y en cuanto al género urbano del reguetón, tienes que ser de Puerto Rico o un fanático del género para distinguir un reguetonero de Thalía. Ya todo el mundo incluye ritmo de reguetón en sus canciones”, agregó.

A pesar del éxito, también reconoce la discriminación que vive hoy el género urbano, a pesar de su éxito avasallador: “Y no se va a superar nunca, eso es como el racismo o como la homofobia. Suena feo con cojones”.

“El reguetón es un género que viene de la calle, del underground, de la gente pobre que no tuvo opciones. A veces, hasta criminales, pero no lo digo de forma despectiva. Gente que salió de la cárcel, o vendían drogas, y al final vio una luz en ese género del reguetón. Muchos pudieron abandonar ese estilo de vida y comprarse casa y carro. Yo creo que de ahí viene ese rechazo. Pero a mí no me molesta, que digan lo que quieran, hay un mundo entero bailando las canciones, disfrutando de la vida sin prejuicios”, dijo.

Sobre su defensa de los derechos de la comunidad LGBT+ en sus canciones, aseguró: “Y por eso lo hago, porque sé el alcance que tengo en Latinoamérica. Tengo fans de muchos tipos; fans de la comunidad LGTB y también, estoy seguro, fans homofóbicos. Feministas y machistas. Yo tengo la capacidad de engancharlos con este reguetón y con este vocabulario. Les hablo como hablamos nosotros y les doy un mensaje sin que sientan que les doy un sermón”.

Por estos días, descansa del rodaje de la serie “Narcos: México”, mientras que sus piruetas en la lucha libre en la WWE continúan sorprendiendo a sus seguidores.

A su vez, explicó en dónde radica su negativa a cantar en inglés, a pesar de sus colaboraciones con Drake, Cardi B y Jennifer Lopez, entre otros.

“Hay que romper eso de que los gringos son dioses… No, papi”, cuenta sobre la otrora idolatría excluyente desde Latinoamérica hacia los artistas angloparlantes.

“Quizá era necesario y abrieron puertas a este boom latino, pero ese momento para mí acabó. Me enorgullece mucho llegar al nivel en el que estamos hablando en español, y no solo en español, sino en el español que hablamos en Puerto Rico. Sin cambiar el acento”, comentó.

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