Hoy 23 de abril se celebra en todo el mundo el Día del Libro, fecha en que, como nunca, se recomiendan muchos libros y no sabemos cuál puede ser el más indicado para este momento. Una buena opción puede ser buscar algunos que nos ayuden a enfrentar las diversas emociones por las que están atravesando nuestros niños y niñas. En esta nota, Verónica Vives y Constanza Ried, de Fundación Entrelíneas - entidad especializada en fomento lector y literatura infantil - nos invitan a profundizar sobre el tema.

Es común escuchar que, en esta pandemia, nuestras emociones varían como una montaña rusa. Podemos estar con el ánimo arriba y sentirnos serenos y felices por la mañana y en la tarde descender velozmente hacia un sentimiento de angustia y temor porque nos hemos enterado que alguien cercano se enfermó.

A nuestros niños y niñas les pasa lo mismo. Viven momentos alegres, pero también nos ven a nosotros, los adultos, preocupados, sobrepasados y cansados. Eso les genera incertidumbre, miedo, tristeza, frustración, e incluso rabia.

Es importante que, como padres, nos preocupemos de acoger esas emociones para evitar que se aíslen o que se angustien excesivamente. Pero, ¿cómo hacerlo?

“Abrazar con las palabras”

La literatura, y especialmente los cuentos clásicos, son una gran herramienta para acompañar las experiencias y emociones de los más pequeños. Crear la rutina de leer a nuestros niños en un ambiente acogedor fomenta el vínculo y configura un espacio amoroso de contención y compañía.

Yolanda Reyes, connotada escritora e investigadora colombiana, nos anima a abrazar a nuestros pequeños con palabras desde la cuna. Acompañémoslos a descubrir el mundo con todo tipo de palabras: canciones, adivinanzas, refranes, rimas, cuentos, recuerdos de nuestra propia niñez. Pero hoy, más que nunca, acompañemos a nuestros niños y niñas con historias diversas y significativas, sin evitar aquellas en que los personajes se enfrentan a situaciones complejas.

Los libros de la colección Libros de Oro, de Ediciones Ekaré

Diversos especialistas afirman que cuando un padre o madre cuenta una historia como la de Caperucita Roja – donde la niña es devorada por un lobo – el niño/a siente miedo por un lado, pero por otro, siente la presencia amorosa del adulto y su voz que le dice, entre las líneas de la historia, “estoy aquí para ti”. Esto implica habilitarlos para enfrentar los problemas de la vida y prepararlos para ella desde un espacio de seguridad.

En general, los cuentos de hadas tradicionales y los cuentos del folclor popular no fallan si se trata de captar la atención de pequeños y grandes, por su misterio, fantasía, humor y significados más allá de lo narrado. Además, nos hablan acerca de nuestra cultura, de la identidad y de las diferentes formas de mirar el mundo, países y pueblos.

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Acompañar sus emociones incómodas con buenas historias

No podemos evitar que nuestros hijos e hijas sientan miedo durante su vida – de hecho, lo experimentarán muchas veces y seguramente lo han sentido durante esta pandemia – pero sí podemos enseñarles a reconocer sus emociones y brindarles herramientas para gestionarlas.

Por ello, vivir el miedo a través de un buen cuento, acompañado de un adulto que otorga seguridad, y en que finalmente el protagonista recibe la ayuda necesaria para sobrellevar los obstáculos, les muestra, de manera indirecta, que sí se puede superar una situación difícil.

Vale la pena volver a leer al psicoanalista Bruno Bettelheim, quien analizó largamente el beneficio de leer cuentos de hadas como Cenicienta, Hansel y Gretel o Blancanieves.

“Los cuentos de hadas, a diferencia de cualquier otra forma de literatura, llevan al niño a descubrir su identidad y vocación, sugiriéndole, también, qué experiencias necesita para desarrollar su carácter. Estas historias insinúan que existe una vida buena y gratificante al alcance de uno, a pesar de las adversidades; pero solo si uno no se aparta de las peligrosas luchas, sin las cuales no se consigue nunca la verdadera identidad”, indicó.

“Estos cuentos prometen al niño que, si se atreve a entregarse a esta temible y abrumadora búsqueda, fuerzas benévolas acudirán en su ayuda y vencerá”, añadió.

Colección Cuentos tradicionales, de Editorial Kalandraka

Conversar sobre el cuento leído

Tras leer una historia donde los personajes viven experiencias difíciles, a niños y niñas se les despiertan un torbellino de pensamientos y emociones. Conversar sobre ello, contrario a lo que muchos adultos piensan, es una tremenda oportunidad para prepararlos para la vida, presente y futura.

Aidan Chambers -profesor e investigador inglés, gran referente en la materia – afirma que conversar sobre libros invita a los niños a expresarse sobre otros aspectos de su vida.

Dice en su libro, Dime: “Hablar bien sobre los libros es una actividad en sí muy valiosa, pero también es el mejor entrenamiento que existe para hablar bien sobre otras cosas. De modo que al ayudar a los niños a hablar de sus lecturas, los ayudamos a expresarse acerca de todo lo otro que hay en sus vidas.”

Dialogar con niños y niñas a partir de una obra literaria sobre temas difíciles los prepara para enfrentar esas mismas situaciones, habiéndolas asimilado previamente.

Ello permite que los lectores que estén pasando por situaciones difíciles se identifiquen con los personajes, elaboren simbólicamente la situación por la que están atravesando, salgan de su aislamiento y puedan encontrar salidas a la situación en que se encuentran.

¿Cómo puedo conversar con mi hija o hijo?

Aconsejamos comenzar el diálogo luego de una lectura haciendo preguntas simples para, primeramente, asegurarnos de que el niño ha comprendido la historia.

Siguiendo con el ejemplo de Caperucita Roja, podríamos preguntarle: “¿Qué encargó su madre a la niña? ¿Qué le sucedió en el bosque, con quién se encontró?; ¿Cómo logró salvarse?”. Luego de eso, pueden releer el cuento si quieren, y dar paso a preguntas que sirvan para recoger las experiencias personales del lector y acercarse a lo que siente: “¿Conoces otras historias de lobos?, ¿Cómo son los lobos que tú conoces?, ¿Qué harías si te encontraras con un lobo, cómo te sentirías?”

Estimular su capacidad creativa desafiándole a crear un nuevo final u otro título a la historia también puede darnos pistas de lo que piensa o siente el niño o niña. Además pueden jugar y entablar un diálogo con la protagonista desde la identificación y la empatía: “¿Cómo se habrá sentido Caperucita? Si te encontraras con ella: ¿Qué le preguntarías?”.

También pueden imaginar juntos qué habrá sucedido después de que la historia termina, poniendo en práctica su capacidad de formular hipótesis. Por último, siempre es recomendable invitarle a elegir qué fue lo que más le gustó y lo que menos le gustó de la historia, motivándole a argumentar sus elecciones.

Otros libros recomendados para acompañar emociones

Además de los cuentos clásicos, existen muchas historias de gran calidad estética que nos pueden ayudar a acompañar a nuestros niños y niñas a conversar sobre sus emociones. Recomendamos algunas:

1. La reina de los colores, Jutta Bauer, Lóguez Ediciones

En esta historia cada color representa una emoción en particular. Pero las cosas se tornan caóticas cuando la protagonista pierde su temperamento y ya no puede controlar los colores. Un relato sencillo y efectivo sobre la importancia del control de las emociones. Recomendado de los 3 a los 99 años.

La reina de los colores, Jutta Bauer, Lóguez Ediciones

2. Willy y la nube, Anthony Browne, Fondo de Cultura Económica

Al pequeño y tímido Willy lo persigue una nube gris para todos lados. Nadie quiere ayudarlo y Willy deberá encontrar por su cuenta la manera de superar su problema. Un clásico de Anthony Browne sobre cómo manejar aquellas emociones que nos incomodan. Recomendado de los 6 a los 99 años.

Willy y la nube, Anthony Browne, Fondo de Cultura Económica

3. Vaya rabieta, Mireille d’Allancé, Editorial Corimbo

Roberto ha tenido un día difícil. Se siente tan furioso que sale de su boca un enorme monstruo rojo que comienza a destruir todo a su alrededor. Un cuento ideal para conversar sobre las rabietas con los niños pequeños (y los no tan pequeños). Recomendado de los 3 a los 99 años.

Vaya rabieta, Mireille d’Allancé, Editorial Corimbo

4. ¡Fuera de aquí, horrible monstruo verde!, Ed Emberley, Editorial Océano Travesía

Un libro ideal para hablar sobre los miedos infantiles. Los lectores podrán desarmar al horrible monstruo verde dando vuelta las páginas. Recomendado de los 3 a los 99 años.

¡Fuera de aquí, horrible monstruo verde!, Ed Emberley, Editorial Océano Travesía

5. Ramón Preocupón, Anthony Browne, Fondo de Cultura Económica

Ramón debe lidiar con muchas preocupaciones. Unas preciosas muñecas Quitapesares de la tradición guatemalteca le ayudarán a ello. Hermoso cuento que trata sobre cómo lidiar con las ansiedades y las penas, e invita al desarrollo de la empatía. Recomendado de los 4 a los 99 años.

Ramón Preocupón, Anthony Browne, Fondo de Cultura Económica

7. Fernando Furioso, Hiawyn Oram y Satoshi Kitamura, Ediciones Ekaré

Fernando Furioso, Hiawyn Oram y Satoshi Kitamura, Ediciones Ekaré

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