El libro “La sopa derramada 1969-1973”, editado por LOM, reúne una serie de fotografías de Luis Poirot, algunas muy conocidas, para entregarnos un soberbio libro sobre un periodo intenso y agitado. Y Poirot no sólo fue un testigo privilegiado, también tuvo una capacidad de empatía con los fotografiados y un ojo únicos.
El libro, muy bien impreso, parte con fotos tomadas por Poirot en 1969 en Nueva York. Son imágenes que capturan el lado B de la metrópolis, con manifestantes latinos, vagabundos, autos abandonados, personas alcoholizadas, un policía deteniendo a una persona, contrastadas con un hombre obeso y con un puro mirando la carta de un restaurante… una mirada crítica, pero ante todo muestran una mirada particular.
Una segunda sección está constituida por fotografías de 1971 de Bolivia y Ecuador. Una pobreza peor a la que asolaba a Chile. Notables las imágenes de una viuda, de los ataúdes para niños hechos en “plumavit” y la de dos mujeres bolivianas conversando a un costado de una relojería.
La Maña, Teatro Ictus, Luis Poirot, LOM (c)
Después de estos dos preámbulos, viene la sección “Chile, 1969 – 1973”, que parte con una de sus famosas imágenes de La Moneda días después del golpe de estado, para continuar con fotografías de la campaña de Salvador Allende, de Víctor Jara y de diversas compañías, obras y actores de teatro, como Teatro Ictus, Teatro de la Universidad Católica y Teatro de la Universidad de Chile, del Open Door y de diversas poblaciones. El famoso y notable retrato de Poirot a un Pablo Neruda sonriente y luminoso; la primera aparición de Allende y Tencha en el balcón de la oficina presidencial de La Moneda, fotos de Fidel Castro (una con Augusto Pinochet hablándole al oído), para llegar –nuevamente- a La Moneda después de golpe de estado, imágenes de ciegos, un vagabundo, militares en las calles, La Moneda. Y la última foto del libro, una de su hijo Andrés muy pequeño.
El libro “La sopa derramada” muestra un fotógrafo sólido, que supo retratar y condensar –desde una perspectiva personal- momentos colectivos e históricos claves en imágenes que forman parte del imaginario visual del país.
Frente a la potencia –algunas veces arrolladora- de las imágenes, en especial las de la campaña presidencial, las de Allende y sus partidarios, de los grupos de teatro (algunas muy hermosas como la de La Remolienda con Víctor Jara y Alejandro Sieveking, o la de Héctor y Humberto Duvauchelle con Orieta Escámez, por mencionar sólo dos), resulta perturbador el vacío –una especie de silencio- que dejan las fotos relacionadas al golpe de estado. Como también resulta inquietante buscar en los recuerdos, en la memoria, imágenes de Poirot tan potentes y vitales que sean posteriores a esos años desbordantes de energía, de promesas y sueños (para los partidarios de la Unidad Popular y los sectores marginados).
Manifestación, 1972, Luis Poirot, LOM (c)
El libro “La sopa derramada” es un documento visual potente, con muchas imágenes que forman parte de nuestro imaginario, que muestra personajes y situaciones históricas y a un fotógrafo con mayúsculas que supo ser parte de ese período…
La sopa derramada
Luis Poirot
LOM ediciones
164 páginas
Santiago de Chile, abril de 2017