Tener datos duros, concretos, útiles, es fundamental para orientar los esfuerzos de los diversos actores y, en especial, para permitir desarrollar políticas a nivel nacional, regional y local, tanto a organismos públicos y como a privados.

Lo anterior es particularmente necesario en un rubro tan complejo, dinámico y poco asible como es la cultura. Difícil porque sus límites son difusos, en ella confluyen muchas disciplinas, es un sector con mucha informalidad y es muy disperso.

Otro aspecto que juega en contra es que estamos en un país subdesarrollado donde el Estado en muchas áreas tiene muy poca presencia. Entonces, registrar y tener estadísticas en algunas áreas es muy difícil sin la participación activa de entes privados. Y las Estadísticas Culturales 2015 se limitan a algunos informantes del sector público, algunas organizaciones gremiales y poco más.

Estadísticas Culturales 2015 (que se puede descargar desde el sitio del CNCA) aporta importantes datos en algunos rubros fundamentales como son las Artes Escénicas y la Música, como en aspectos parciales de otros rubros.

Sin embargo, por lo planteado más arriba, el estudio presenta grandes vacíos, como es no tener casi nada referido a Artes Visuales. Una parte importante de esta área corresponde a exposiciones realizadas en galerías privadas o en museos y centros culturales públicos y privados, pero no están registrados o aparecen en Patrimonio, como visitas a museos (aunque muchas visitas al Museo Nacional de Bellas Artes, por ejemplo, son de personas que van a ver arte contemporáneo). Tampoco hay datos respecto a ventas. En este sentido, hace unos años hay una Asociación que reúne a 16 galerías de arte contemporáneo que bien podría aportar información.

Pero los problemas de datos no se limitan a la falta de informantes privados (que pueden informar en forma voluntaria), sino también la falta de informantes públicos. En Patrimonio resulta inexplicable que sólo se informe de las declaratorias del Consejo de Monumentos Nacionales y no del resto de la amplia labor que realiza esta institución, como es aprobar proyectos, hacer visitas a terreno y fiscalizar (con una labor esencial después de desastres), o que no se incorpore lo que hacen otras reparticiones públicas en esta área como es el Ministerio de Obras Públicas, Ministerio de Vivienda y Urbanismo, Ministerio de Defensa, Ministerio de Salud, municipios (Santiago, Valparaíso, Providencia…) etc.

Otra área que presenta vacíos importantes es la relacionada a libros, a las editoriales en particular. No hay datos sobre cuántos libros y cuántos libros chilenos, y por materia, se venden en librerías y por otros canales. Ésta información debiera estar registrada en boletas y facturas, las editoriales y librerías no tendrían motivos para no entregarla. Pero también se podría obtener por el Servicio de Impuestos Internos. Y son antecedentes fundamentales para entender cómo está funcionando el sector.

O en lo referente a Televisión, se entregan antecedentes de la Televisión abierta pero no hay nada sobre Televisión por cable o pagada, o los sitios web que permiten ver películas y series. Entonces, los datos de cuántas horas ven de Televisión abierta las personas es un dato muy parcial, sin el contexto adecuado.

Esta es la décimo tercera versión que, con distintos nombres, se hace de Estadísticas Culturales. A pesar de una cincuentena de páginas explicando las dificultades y discusiones en torno a cómo registrar en cifras las distintas áreas de la cultura o dominios culturales, parece poco presentable que este gran esfuerzo presente tantas deficiencias, carencias e incongruencias.

Tampoco resulta presentable que el estudio con los datos de 2015 se entregue a finales de 2016, es decir casi un año después y cuando gran parte de las decisiones culturales para el 2017 ya están tomadas.

Finalmente, si se han tomado un año para elaborar las Estadísticas Culturales 2015, se esperaría que hubiese mayor información para explicar algunos cambios sorprendentes en algunas áreas que, por lo general, responden a hechos puntuales. Éstas sólo se dan en muy pocos casos.