El Ejército turco bombardeó este jueves posiciones del grupo Estado Islámico (EI) en Siria, después de que un soldado turco muriera por disparos procedentes de una zona controlada por combatientes de este grupo yihadista radical.
Este cruce de disparos es el incidente más serio entre las tropas turcas y el EI hasta el momento, y llega tras la muerte de 32 personas en un atentado suicida el lunes del que se responsabilizó al EI y que desencadenó una serie de actos violentos.
El soldado turco murió en la ciudad fronteriza de Kilis (sur de Turquía), por disparos procedentes de un zona siria controlada por el EI, según la agencia oficial Anatolia. Otros cuatro soldados resultaron heridos, de acuerdo con la agencia Dogan.
Tanques de la 5ª brigada blindada del Ejército turco respondieron inmediatamente abriendo fuego contra las posiciones yihadistas, indicó la cadena NTV, que también informó de la muerte de un combatiente del EI.
Un policía murió también este jueves al ser alcanzado por disparos en un barrio de Diyarbakir, ciudad de mayoría kurda del sudeste de Turquía, cuando un grupo de hombres armados abrió fuego contra policías en el lugar de un accidente de tráfico.
Militantes kurdos habían reclamado el miércoles la autoría de la muerte de otros dos policías turcos en la localidad fronteriza de Ceylanpinar, en represalia por el atentado del lunes.
Tres sospechosos fueron detenidos en operaciones a primera hora de la mañana del jueves en relación con este caso y estaban siendo interrogados, indicó la agencia de prensa Anatolia sin dar más detalles.
El ataque del lunes en Suruc, ciudad próxima a la frontera con Siria, estaba dirigido contra jóvenes activistas kurdos que querían llevar a cabo una misión de reconstrucción en Siria, y fue el primero por el que el Ejecutivo de Ankara culpó directamente al EI.
También atizó las tensiones con la minoría kurda del país, ya descontenta por la falta de apoyo de su gobierno a las milicias kurdas que combaten al EI en Siria.
A Turquía se le ha acusado de connivencia con los extremistas del EI, de los que esperaría que resultaran de ayuda para acabar con el régimen del presidente sirio, Bashar al Asad, algo que Ankara siempre ha negado.
Por otra parte, el Movimiento de la Juventud Patriótica Revolucionaria (YDG-H), considerado las juventudes del PKK, afirmó este jueves haber matado a un presunto miembro del EI el martes en Estambul.
La policía turca había identificado a un joven turco de 20 años vinculado al EI como el autor del atentado suicida del lunes en Suruc.
Medidas de seguridad
Estos hechos han aumentado el temor de que los combates entre los yihadistas del EI y los kurdos en Siria se expandan al territorio turco.
El viceprimer ministro, Bulent Arinc, dijo tras una reunión gubernamental el martes que el Ejecutivo había debatido la implantación de un “sistema integrado” para dar seguridad a la frontera con Siria.
Según la prensa local, el plan incluiría mecanismos de vigilancia aérea y el establecimiento en la frontera de dos vallas separadas por carreteras de patrulla militar.
Sus socios occidentales han acusado a Turquía en varias ocasiones de no controlar adecuadamente la frontera de 911 km de largo.
Turquía dejó de participar en la coalición internacional liderada por Estados Unidos para ayudar a los kurdos de Siria en su lucha contra el EI.
Sin embargo, Ankara dio luz verde a que la fuerzas de EEUU usen la base de Incirlik en el marco de esta operación, indicó este jueves el diario Hurriyet.
Estos acontecimientos llegan en un momento crítico en Turquía, después de las elecciones en las que el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) del presidente Recep Tayyip Erdogan perdió la mayoría parlamentaria por primera vez desde 2002.