¿La playa, el asado, la rambla? “Lo que más les va a gustar de Uruguay va a ser la paz”, cree Franca, una de las niñas que recibió en su escuela a los refugiados sirios que llegaron al país hace casi dos semanas.
Los alumnos de la Escuela Experimental de Malvín, en Montevideo, se prepararon durante meses para este día. “Estoy temblando de los nervios, no puedo más”, contó Mateo a la AFP antes de entrar a la escuela. Una expectativa compartida por alumnos, padres y vecinos del barrio.
Los 13 niños sirios llegaron a media tarde saludando desde las ventanas de un autobús. Con sonrisas tímidas, chocaron palmas con quienes se acercaban a las ventanillas y fueron captados de cerca por las cámaras de televisión.
En medio de aplausos, caminaron hasta el patio de la escuela acompañados por maestras y allí asistieron a las danzas, canciones y numerosos carteles -en árabe y español- que les dedicaron los niños uruguayos con mensajes de “paz”, “libertad” y “amor”.
Como gesto simbólico, cada uno de los recién llegados recibió el uniforme escolar y se integró al grupo que lo acompañará durante los próximos meses.
Decenas de padres, vecinos y curiosos observaron el acto desde fuera de la escuela. Como Verónica, que vive a 20 cuadras de la escuela pero fue especialmente para ver el recibimiento. “Ellos no saben lo que es vivir en paz y creo que esto es un acto de amor, de paz, de confraternidad, que es lo menos que los humanos podemos hacer por otros semejantes. Ojalá que vengan otras familias y que les podamos dar cobijo”, aseguró.
Para Beatriz, madre de una alumna de la escuela, fue un día emocionante “hasta las lágrimas. Para ellos es un ejemplo de solidaridad, te puedo asegurar que lo sienten con el corazón”.
El arte como lenguaje universal
Por ahora los niños asistirán sólo dos días por semana a la escuela, durante algunas horas. Como recién están aprendiendo el español, los acompaña un traductor y participarán sobre todo de las actividades artísticas y de educación física.
“Hay lenguajes que son comunes, como la música, el juego, la sonrisa, la caricia, la mirada”, observó Silvana, maestra de arte que ayudó a los alumnos a preparar la bienvenida.
Los niños forman parte del primer grupo de 42 refugiados sirios, compuesto por cinco familias, que llegó a Uruguay el 09 de octubre. Durante dos meses vivirán en un hogar de los hermanos Maristas, donde reciben clases diarias de español y capacitación laboral para los adultos, entre otras actividades para que se adapten a la cultura y leyes del país.
Los adolescentes asistirán en tanto a un liceo de la zona.
A partir de diciembre se radicarán en diferentes puntos del país, por lo que comenzarán las clases formales recién con el reinicio de los cursos, en marzo de 2015.
Volver a los orígenes
Esta es la primera etapa de un plan de reasentamiento inédito en la región, promovido por el presidente José Mujica y elaborado en coordinación con Acnur (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados).
Un segundo grupo de 80 refugiados llegará en febrero de 2015.
Para Héctor Florit, director general de Primaria de Uruguay, recibir grupos de culturas diferentes es regresar “a los orígenes” de Uruguay como país de inmigrantes y sostiene que tras varias décadas en las que muchos uruguayos emigraron esto permite de alguna forma saldar una “deuda” que el país tiene con otros pueblos.
Tras más de tres años de sangrienta guerra civil y el reciente avance del grupo Estado Islámico (EI), Acnur estima que el número de refugiados sirios ya superó los tres millones, una cifra cercana a la población total de Uruguay.
El caluroso recibimiento que han brindado los uruguayos a los sirios contrasta con el rechazo que ha despertado otra propuesta de Mujica para aceptar como refugiados a seis presos de la cárcel de Guantánamo.
Según diversas encuestas, el 69% de los uruguayos está de acuerdo con la llegada de las familias sirias pero el 58% rechaza la llegada de los prisioneros.