Las negociaciones entre las grandes potencias e Irán sobre los límites del programa nuclear iraní entraron este miércoles en su fase más difícil, tras los avances logrados sobre el controvertido reactor de agua pesada de Arak.
Tras meses de discusiones y de algunos avances, Teherán y el grupo 5+1 (Alemania, China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia) comienzan a redactar el texto de un acuerdo definitivo.
El objetivo, después de 10 años de tensión, es que Irán convenza definitivamente al resto del mundo sobre el carácter pacífico de su programa atómico, para que se levanten las sanciones internacionales que están ahogando su economía.
Sin embargo, el ministro de Exteriores, Mohamad Javad Zarif, advirtió a su llegada a la reunión que “la redacción del texto del acuerdo necesitará mucho esfuerzo”.
Acuerdo sobre el reactor de Arak
Zarif y la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, en representación del 5+1, dirigirán personalmente la mayoría de las reuniones hasta el viernes.
Las negociaciones, iniciadas el martes en Viena, consiguieron avanzar en algunos puntos conflictivos como el reactor de agua pesada de Arak.
Esta instalación, situada a 240 kilómetros al suroeste del Teherán, podría proporcionar teóricamente a Irán una alternativa al uranio enriquecido con el objetivo de obtener la bomba atómica.
Teherán afirma que el reactor sólo sirve para la investigación, en especial, médica. Frente al escepticismo de las grandes potencias, el país propuso modificar la concepción del reactor con el objetivo de limitar el plutonio producido.
Los expertos técnicos de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) han constatado que Teherán está respetando al pie de la letra los compromisos que adquirió el pasado noviembre en una reunión en Ginebra, que acabó con una década de desacuerdos y permitió comenzar las presentes conversaciones.