En los últimos 15 días, y particularmente tras los resultados de la encuesta del Centro de Estudios Públicos, se instaló en el comando presidencial de Michelle Bachelet que la ex mandataria tenía las chances de triunfar en las elecciones sin pasar a balotaje.

Dentro del mismo comando, internamente se manejaba que las inclinaciones hacia Bachelet se ubicarían entre el 48,9% y poco más del 51%, lo que prácticamente la dejaba instalada en la Presidencia.

Sin embargo, tras los primeros resultados y proyecciones el optimismo inicial pasó al desaliento en el Hotel San Francisco, lugar donde el equipo de la Nueva Mayoría aguardaba los resultados. En el lugar la candidata, que habló cerca de las 21:00 horas, reconoció la dificultad de imponerse en primera vuelta, aunque sí dijo que “no hay dobles lecturas, hemos ganado esta elección”.

Una señal clara de los ánimos mermados fue la tardanza con la que los dirigentes políticos de la Nueva Mayoría decidieron bajar del hotel a la carpa donde estaba instalada la prensa, presentándose en el lugar ya entrada la noche. Esta situación dista de lo ocurrido en el proceso de primarias, donde los mismos dirigentes ya se aproximaron a los medios entre las 19:00 y las 20:00 horas.

Incluso Osvaldo Andrade, presidente del Partido Socialista y coordinador del pacto, permaneció hasta altas horas en la sede de su partido, que se ubica a una cuadra del hotel donde se esperaban las cifras.

Pese a la derrota, se estima que es poco probable que se efectúen modificaciones en la campaña en torno a la subordinación hacia los partidos políticos, que previamente fue escasa.