Grupos armados de Trípoli y otros de Misrata, que intentaban ingresar en la capital libia, libraron nuevos combates este sábado, tras los que dejaron más de 40 muertos el viernes.
Residentes armados de Trípoli y milicianos procedentes de Misrata se enfrentaban este sábado en un suburbio del este de la capital de Libia, informaron testigos y el gobierno. Una columna de vehículos armados procedentes de Misrata (al este de Trípoli) intentaba avanzar hacia la capital, provocando los combates.
La carretera que va del suburbio de Tayura hacia el centro de la ciudad bordeando la costa, estaba cerrada y hombres armados de Trípoli en vehículos con baterías antiaéreas se congregaban en la entrada oriental de la ciudad, constató la AFP.
Testigos afirmaron oír enfrentamientos en Tayura.
El primer ministro libio, Ali Zeidan, pidió “moderación y el cese de los combates”. “La situación se va a complicar más aún si otros grupos armados entran en la capital”, agregó.
La misión de la ONU en Libia también pidió un “cese inmediato” de los enfrentamientos, condenando “firmemente la violencia”.
Para Zeidan, “las próximas horas serán decisivas en la historia de Libia y en el éxito de su revolución”, la cual llevó, con la ayuda militar de países como Francia, Estados Unidos y Reino Unido, al derrocamiento de Muamar Gadafi en 2011.
La capital había permanecido relativamente tranquila en la mañana del sábado, tras una noche agitada, con tiros y explosiones.
La milicia que originó los enfrentamientos del viernes recibió refuerzos (hombres y armas) provenientes de la ciudad de Misrata y volvió a tomar el control de su cuartel general en el barrio de Gharghur, en la capital libia.
El gobierno no precisó cuántos muertos eran manifestantes ultimados por la milicia presente en Gharghur y cuántos fallecieron en el ataque posterior al cuartel general de estos milicianos.
A primeras horas de la tarde del viernes, centenares de manifestantes pacíficos se acercaron al cuartel general de esta milicia formada por hombres de Misrata pero llamada Gharghur porque tiene su sede en este barrio de Trípoli.
Algunos milicianos dispararon al aire para intentar dispersarlos pero, como se negaban a hacerlo, abrieron fuego contra ellos, constató la AFP.
Como represalia, por la noche hombres armados a bordo de camionetas descubiertas con cañones antiaéreos asaltaron e incendiaron el cuartel general de la milicia.
El primer ministro dijo el viernes que “la manifestación era pacífica y dispararon contra ella cuando entró en Gharghur”, rectificando sus declaraciones anteriores en las que había hablado de “manifestantes armados”.
Según Sadat al Badri, presidente del consejo local de Trípoli, el equivalente del ayuntamiento de la ciudad, los manifestantes eran pacíficos y los disparos vinieron de dentro del cuartel de la milicia.
“Vamos a anunciar una huelga general y vamos a entrar en desobediencia civil hasta que se vayan las milicias”, dijo Badri.
Los imanes de la ciudad habían pedido a los habitantes de la capital libia que se manifestaran contra las milicias, haciéndose eco de los llamamientos del muftí (principal autoridad religiosa del país) y del consejo local.
Dos años después del derrocamiento de Gadafi, las autoridades libias de transición todavía no han logrado controlar a las milicias.
Tras este derrocamiento, el gobierno libio usó a estos grupos armados creados durante la rebelión de 2011, varios de ellos islamistas, para intentar garantizar la seguridad del país. Pero el plan de integración de estos jóvenes en las fuerzas regulares fracasó tras rechazar la mayoría de ellos ser reclutados individualmente.
El Congreso General Nacional (CGN), la máxima autoridad del país, decidió el año pasado evacuar a las milicias de la capital, una medida que nunca se aplicó.