El ex tesorero del gobernante Partido de los Trabajadores (PT) Delubio Soares se entregó el sábado a la Policía en Brasilia para cumplir condena por corrupción, después de que lo hicieran otros ex jerarcas del primer gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva, mientras un ex director bancario anunció que huyó a Italia, informó la prensa local.
El ex director de marketing del Banco do Brasil, Henrique Pizzolatto, que era esperado en la sede de la policía en Rio de Janeiro, informó el sábado que está en Italia, según informó su abogado a los medios locales.
“Por no vislumbrar la más mínima posibilidad de tener un juicio sin motivaciones político electorales (…) decidí hacer valer mi derecho a la libertad para tener un nuevo juicio, en Italia”, declaró Pizzolatto en una nota divulgada por O Globo.
La corte suprema brasileña ordenó el jueves la detención de 12 de los 25 condenados por el escándalo de pagos a congresistas y partidos aliados a cambio de apoyo político, conocido como el ‘mensalao’ y que hizo tambalear al gobierno de Lula en 2005.
Pizzolato, que tendría ciudadanía italiana y debía cumplir una pena de 12 años y siete meses, fue el único que no se entregó.
“Me estoy presentando a las autoridades en Brasilia para el cumplimiento de la pena que me fue impuesta”, declaró Soares en su Twitter el sábado, quien debe cumplir una pena de seis años y ocho meses.
El ex todopoderoso ministro Dirceu y el ex presidente del PT José Genoino debían ser transferidos este sábado a Brasilia donde cumplirán cárcel, inicialmente en régimen semiabierto. Dirceu podría cumplir régimen cerrado si no es aceptado un último recurso que tramita todavía en la justicia.
Dirceu y Genoino, que enfrentaron la dictadura (1964-85), se entregaron el viernes con el puño en alto en señal de lucha. “Continuaré luchando para probar mi inocencia”, dijo Dirceu.
El histórico juicio a los políticos e intermediarios implicados en el escándalo marca un precedente en un país que no está acostumbrado a juzgar a sus políticos.
La encarcelación de los políticos llenó las páginas de la prensa este sábado. “No es poca cosa para un país patrimonialista y protector de los más fuertes asistir a tantos poderosos ser llevados a la cárcel”, expresó el columnista de Folha Fernando Rodrigues.
El escándalo del ‘mensalao’ amenazó la reelección de Lula en 2006, aun cuando la justicia no lo incluyó en el proceso. Lula terminó su segundo mandato en 2010 con una popularidad récord de más de 80%.
Un escándalo parecido que implica a socialdemócratas podría ser juzgado próximamente.