Italia despidió este martes con un conmovedor funeral a los 38 muertos del dramático accidente de autobús del domingo cerca de Nápoles (sur).

El primer ministro Enrico Letta figura entre los dirigentes que asistieron a la ceremonia, que tiene lugar en un pabellón de deportes de la localidad de Pozzuoli, donde fue instalado un altar.

Miles de personas se congregaron en el recinto, entre ellas numerosos familiares de las víctimas, que lloraban y se aferraban a los ataúdes, colocando recuerdos y fotografías.

El obispo Gennaro Pascarella inició el oficio religioso con la lectura de los nombres de las víctimas, en uno de los momentos más tristes del funeral. “Es difícil hablar en un momento como este”, reconoció el religioso.

El alcalde de Pozzuoli, Vincenzo Figliolia, reconoció que la tragedia “cortó el corazón en dos de su ciudad”, ya que la mayoría de las víctimas residían en esa zona, eran amigos entre ellos y solían organizar excursiones y vacaciones juntos.

Italia observó el martes una jornada de luto nacional por el accidente, ocurrido al término del fin de semana en el balneario de Telese Terme (Benevento) y después de una visita al santuario de Pietralcina, la localidad natal de Padre Pío, uno de los santos más venerados de Italia.

El autobús transportaba a unos 50 pasajeros que regresaban de la excursión, en su mayoría niños. El chofer figura entre los fallecidos, mientras otras 10 personas resultaron heridas, entre ellas varios pasajeros de otros vehículos involucrados en el accidente.