La felicidad no es un estado constante en la vida, pues para la mayoría de nosotros existen altos y bajos. En este sentido, un estudio liderado por el investigador de la Universidad de Princeton, Hannes Schwandt, alcanzamos el “peak” de satisfacción a los 23 y los 69 años.

El sondeo, que fue publicado por el Centro para el Desempeño Económico de la Escuela de Economía de Londres, determinó que existe “un sesgo notable asociado a la edad en los pronósticos de satisfacción con la vida”.

“El joven sobreestima fuertemente su futura felicidad, mientras que las personas mayores tienden a subestimarla”, indicó Schwandt.

“Ellos (los más jóvenes) piensan que serán aquellos que todavía no se divorcian, que tienen dinero, puestos de trabajo agradables y niños sanos”, señaló el especialista a New York Daily News.

Ese optimismo se traduce en felicidad, pero puede llevar a la decepción a una persona si no cumple sus sueños. Esto podría explicar por qué el bienestar suele presentar una baja considerable a eso de los 50 años.

Luego, esas expectativas no cumplidas se abandonan, se alcanza la paz y se vuelve a recuperar la satisfacción.

“Las personas de 50 años podrían aprender un poco de la tercera edad, que por lo general siente menos remordimiento. No deben frustrarse con sus expectativas no satisfechas, ya que probablemente no se sienten mucho peor que sus pares” señala Schwandt.

Los resultados se obtuvieron tras realizar 23.000 encuestas en Alemania a personas de entre 17 y 85 años. A ellos, se les preguntó que tan satisfechos estaban con su vida actual, y cómo esperaban sentirse dentro de 5 años.