Los alcaldes y concejales de las comunas de Talcahuano, Penco y Tomé se reunieron la mañana de este miércoles, en Lirquén, región del Bío Bío, determinando un completo rechazo en conjunto al proyecto Octupus.
Recordemos que el proyecto Octopus busca instalar una plataforma de almacenamiento y distribución de gas natural frente a la costa de Lirquén.
El encuentro tuvo lugar en la sede del centro comunitario de dicha localidad, donde tras una hora y media de intervenciones de los alcaldes, concejales y representantes de diversos grupos de la comunidad, se acordó rechazar el proyecto de la internacional Australis Powers e iniciar acciones legales para impedirlo, con la presentación de un recurso de protección.
El alcalde de Penco, Víctor Hugo Figueroa, expuso que son dos las razones principales del rechazo. La primera, porque implica ingresar miles de metros cúbicos de agua fría y clorada a la bahía, lo cual modificará las condiciones de oxigenación, salinidad y PH de la zona, impactando al ecosistema completo de gran manera.
El segundo argumento es porque el proyecto no generaría ningún empleo en las comunas locales, porque la empresa adelantó que la manipulación de este tipo de instalaciones la deben hacer expertos, que traerán de Australia y Estados Unidos, señaló Figueroa.
El alcalde de Talcahuano, Gastón Saavedra, abordó el centralismo del proyecto, porque la mayoría de la energía que producirán los dos plantas termoeléctricas que se instalarían en Bulnes, para las cuales se transmitiría el gas licuado natural, abastecería mayoritariamente a la zona central del país.
Las termoeléctricas proyectada en Bulnes inyectaría más de mil megawatts al sistema energético del país.
No obstante, el medio ambiente se vería afectado, aseguró la alcaldesa de Tomé Ivonne Rivas.
El representante de Codeff, Patrico Ortiz, alertó acerca del atentado contra el humedal de la isla Rocuant en la zona.
El proyecto se encuentra en proceso de evaluación ambiental, y hasta el 1 de agosto se recibirán las observaciones de la comunidad.
El abogado ambientalista Álvaro Toro, que asesora al comité “Bulnes Sin Termoeléctricas”, critica también que el terminal marino sea parte de un plan mayor, pero que la firma internacional presenta de manera separada, lo cual es una vulneración de la normativa vigente.
La plataforma de la bahía podrá recibir a naves de gran envergadura, procedentes de Estados Unidos y Australia, atendiendo a dos de forma simultánea.