La presidenta argentina, Cristina Fernández, anunció el lunes la vigencia de la ley de Fertilización Asistida que incluye tratamientos para las parejas homosexuales y que la Iglesia cuestiona, en el inicio de la visita del Papa a Brasil.

Fernández precisó que había firmado el decreto de reglamentación de la norma en un acto público en Lomas de Zamora (periferia sur) y aseguró que la misma significa “más ampliación de derechos, como nos gusta”.

La ley, que garantiza a parejas de distinto y del mismo sexo el acceso universal a los procedimientos y técnicas de reproducción, fue criticada por la Iglesia.

Monseñor Héctor Aguer, arzobispo de La Plata (62 km al sur de Buenos Aires), fustigó la norma luego de su aprobación a comienzos de junio.

Para Aguer, el nombre de la ley “es un eufemismo para designar lo que en buen romance podría llamarse fabricación de bebés”.

“La sanción legislativa favorece los intereses del lobby que se dedica a la manipulación biotecnológica, cuando en la sociedad argentina se posterga indefinidamente la satisfacción de tantas necesidades populares”, agregó el arzobispo.

Fernández hizo el anuncio el mismo día en que comienza una visita de cinco días a Brasil para encabezar la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) del argentino Francisco, el primer papa latinoamericano y quien recibió a la mandataria en el Vaticano luego de su nombramiento en marzo pasado.

Si bien ese encuentro distendió las relaciones entre el gobierno y la Iglesia, durante la gestión de Fernández se aprobaron, con apoyo oficialista, otras dos leyes que tuvieron una fuerte oposición eclesiástica.

El Congreso aprobó en julio de 2010 la ley de matrimonio homosexual y el año pasado una norma de identidad de género que autoriza a travestis y transexuales a registrar sus datos con el sexo elegido.