El descarrilamiento de un tren el viernes cerca de París, que causó seis muertos, puede deberse a una pieza defectuosa en el sistema de desvío, explicó la compañía de ferrocarriles este sábado.

“La eclisa”, pieza de acero de unos 10 kg que une los extremos de dos rieles, “se desprendió” y salió de su sitio, explicó Pierre Izard, director general de infraestructuras de la compañía.

Esta pieza “fue a parar al centro del sistema de desvío e impidió el paso normal de las ruedas del tren”, precisó.

El tren, que efectuaba el trayecto entre París y Limoges (centro), descarriló a unos 40 km al sur de París. Según el último balance oficial, además de los seis fallecidos hay nueve heridos en estado de “urgencia absoluta” y 70 heridos menos graves o leves.

Un minuto de silencio se cumpló este sábado a mediodía en todas las estaciones de Francia en homenaje a las víctimas de la catástrofe ferroviaria, una de las mayores de Francia en el último cuarto de siglo.

Guillaume Pepy, presidente de la sociedad francesa de ferrocarriles, SNCF, anunció que se revisarán las 5.000 eclisas que existen en la red de trenes en todo el país.

El accidente no se ha debido “a un problema humano”, declaró este sábado el ministro francés de Transportes, Frédéric Cuvillier.

El conductor incluso evitó una colisión con un tren que viajaba en sentido contrario al encender las alarmas, que obligaron a detenerse a todos los trenes de la zona, explicó.

El accidente tuvo lugar 200 metros antes de la estación de Brétigny-sur-Orge, a la altura de un cambio de vías que había sido examinado el 4 de julio, según la SNCF.

El tren se separó en dos al llegar a la estación, hacia las 15h15 GMT, según la policía.

“Una parte del tren siguió la ruta mientras otro se inclinó de lado en la estación”, indicó una fuente policial.

Cuatro vagones descarrilaron y volcaron tres de ellos, que serán levantados en los próximos días. Los socorristas trabajaron durante toda la noche alumbrados por potentes focos, en busca de posibles víctimas atrapadas en la carcasa de los vagones.

El trabajo de identificación de los cuerpos será “muy largo”, advirtió el viernes por la noche el presidente francés, François Hollande, que acudió al lugar del accidente.

El ministro de Transportes descartó también que se debiera a una velocidad excesiva, ya que el tren circulaba a “velocidad normal”: “Iba a 137 km/h, para una velocidad máxima posible de 150 km/h”, precisó. El tren, con 385 viajeros a bordo, tampoco sobrepasaba el límite de pasajeros.

Cuvillier declaró que la locomotora y los vagones tenían las revisiones “al día”, aunque “esto no quiere decir que podamos estar satisfechos de tener material de hace 30 años”.

Por eso insistió en la necesidad de una “modernización” de algunas líneas, ya que ha habido “una degradación en los últimos años debido a la falta de medios dedicados a las líneas clásicas” en beneficio de las líneas de alta velocidad, admitió.

La asociación de usuarios de trenes denunció por su parte este sábado la existencia de “trenes basura”, vagones viejos y material vetusto.

A finales de junio se llevaron a cabo obras cerca del lugar del accidente para arreglar “un defecto importante”, pero la SNCF aseguró que éstas no afectaron a la vía donde se produjo la catástrofe.

La estación de Brétigny-sur-Orge permanecerá cerrada tres días, según las autoridades.