Entre el 9 y el 28 de julio estará abierta al público la muestra donde la artista expondrá dieciséis piezas escultóricas. El nacimiento de las obras tiene su origen en los “nudos” que forma la madera al ser cortada, que expresan, entre otras cosas, la concentración de la energía del principio y el fin.

“Entre el cielo y la tierra” se titula la muestra de la artista visual y escultora Soledad Omeñaca. Su último trabajo consiste en 16 piezas de madera, de pequeño, mediano y gran formato. Las obras tienen su origen en los nudos propios de este material, que fue trabajado de modo laminar. “Las curvas se las fui dando capa por capa”, explica la artista.

Los nudos constituyen el punto de encuentro y retorno de todas las cosas, es decir, concentran la energía del principio y el fin; representan la apertura a nuevos diálogos que se entrelazan y perpetúan la continuidad de lo lleno y vacío. Son la necesidad de encerrar lo intangible y paradójicamente equivalen a la unidad visual de lo incorpóreo eterno y lo material e inmaterial.

A juicio de la autora, son “obras creadas sinérgicamente, que manifiestan la unidad del todo, sin fraccionamiento, toda esa complicidad y dependencia que invita a transitar un recorrido estructural infinito y con ello, un eterno movimiento”.

“Cada una de ellas trabaja tanto individual como colectivamente, ya que si uno se detiene a observar desde lejos, lo que aparece es un mundo de conexiones. Siento tan especial ese mundo, cada una tiene por nombre un sinónimo de conexión”, explicó.

La muestra se extenderá hasta el 28 de julio de 09:00 a 21:00 horas. La entrada es liberada.