Los funcionarios de gendarmería de la región de Atacama denuncian sufrir estrés laboral producto de los extensos turnos que deben realizar y por carecer de profesionales en el área de psicología para atender al personal de la institución.

Una de las causas de la recarga laboral, sería que sólo se cuenta con 200 miembros de gendarmería, entre oficiales y suboficiales, para atender a una población que llega a los 800 internos. A esto se suma el hecho de que la mayoría de los gendarmes vienen del sur del país, y la lejanía con sus familias detonaría la alta cantidad de licencias por depresión y stress.

Junto con ello, los gendarmes denuncian que la extensión de los turnos merma sus capacidades al momento de trabajar. En el caso de los recién egresados de la escuela de gendarmería trabajan incluso 10 a 15 días seguidos por sólo un día de descanso.

Además denuncian que el armamento que utilizan no está en buen estado, y esto habría provocado eventos como el fallecimiento de un gendarme este año, al percutarse su arma UZI mientras realizaba su turno en una garita del penal de Copiapó.

El accidente aún sigue siendo investigado, y costó la vida de un funcionario recién egresado que tenía apenas 20 años de edad y que era oriundo de la comuna de Lautaro.

A este hecho se suma el accidente ocurrido también este año entre gendarmes que se vivió en Chañaral mientras hacían mantención de sus armas de servicio y terminó con uno de ellos baleado en su mano.