En una verdadera trampa y un gasto extra e innecesario para los automovilistas se ha convertido el antiguo cruce ferroviario de Avenida Vicuña Mackenna donde decenas de vehículos de todo tipo cada día revientan sus neumáticos al pasar sobre los desocupados rieles que están expuestos al aire rajando el caucho.

Pero si los conductores evitan este costoso problema, o evento como le gusta a la autoridad llamar a los hoyos en las calles, caen en uno de gigantescas proporciones ubicado a un costado de los rieles, en suma, sí o sí los vehículos tienen el gran potencial de resultar dañados.

Ante esta trampa, los angelinos se han manifestado altamente molestos pues hasta ahora, salvo soluciones provisorias y muy corto placistas, nada se ha hecho en concreto mientras camiones de alta envergadura y tonelaje circulan diariamente por el lugar.

El alcalde de Los Ángeles reconoció que hubo una solución precaria por la lluvia caída, pero anunció un mejoramiento en el corto plazo.

Por mientras en el lugar hay pedazos de un cono para anunciar que algo hay allí, por lo que los conductores deben armarse de paciencia y evitar circular por ese lugar que, como en un concurso, si no revienta un neumático, rompe un amortiguador, pero algún mal recuerdo se lleva sin que, como siempre, nadie responda por ese daño.

Sergio Osses (RBB)

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