Si palabras como “otorrinolaringología” o “electroencefalografista” te parecen demasiado largas, el siguiente término te parecerá eterno.

“Rindfleischetikettierungsüber- wachungsaufgabenübertragungsgesetz” era el nombre de uno de los vocablos más largos del vocabulario alemán, y hacía alusión a una normativa que en español podría traducirse como “ley para la transferencia de tareas de supervisión en el etiquetado de la carne vacuna”.

Sin embargo, el parlamento del estado federado de Mecklemburgo-Antepomerania decidió cambiar el nombre de la legislación que rige en la zona desde 1999 y reemplazar esta palabra de 63 letras por una más corta.

Según indica revista Muy Interesante, los términos extensos son comunes en Alemania debido a que se suele formar vocablos a partir de la yuxtaposición de otros más breves.

Por ejemplo, explican que hay un concepto de 79 letras conocido como “Donaudampfschiffahrtselektrizitätenhauptbetriebswerkbauunterbeamtengesellschaft”, cuyo significado es “sociedad de funcionarios subalternos de la construcción de la central eléctrica principal de la compañía de barcos de vapor del Danubio”.