Se probó en el Teatro Municipal de Santiago y le cerraron las puertas. Ni siquiera lo consideraron para el coro.

Es Alexis Valencia, Alex, 28 años. De familia de músicos. Su abuelo tocaba cuecas y su abuela cantaba tangos. Y Alex empezó a los 12 años a tocar y cantar, pasando por los más diversos estilos y aterrizando en el folclore. Al punto que a los 17 años empezó a trabajar como monitor, enseñando guitarra y folclor. Y en eso estuvo casi 10 años.

Pero quedó cesante, y llevaba un mes y dos meses sin trabajo cuando su hermano, cantante lírico que trabaja y se gana la vida cantando en la calle lo invitó a aprenderse unas partituras y acompañarlo. Le ofreció que incursionara en el canto lírico por un tiempo, “para parar la olla”, por un tiempo. Y le gustó.

A medida que fue cantando, le fue tomando el gusto, fue descubriendo su belleza en la medida que fue descubriendo y desarrollando sus habilidades.

Entonces tomó clases particulares con un maestro chileno, Marcelo Olivarí. Y luego se aventuró a Buenos Aires donde tomó clases con maestros trasandinos ligados al Teatro Colón.

Probó suerte en el único espacio real para un cantante lírico en Chile: el Teatro Municipal de Santiago. Y lo hizo apuntando a algo que pensó accesible: al coro. No quedó. Y no le dieron explicaciones, para saber si tenía aptitudes o no, si era un tema de prepararse más o si simplemente debía cambiar de rumbo.

Pero Alex es de los que perseveran. Y se fue a Buenos Aires a probar suerte. Y probó en tres lugares: en el Teatro Colón, una referencia mundial, se presentó junto a 150 postulantes, varios de Colombia y Venezuela. Era el único chileno. Quedó en una preselección de treinta, pero finalmente sólo contrataron a 10, todos argentinos.

Luego se probó en la Juventus Lírica. Ya tiene un rol secundario en La Flauta Mágica de Mozart para abril y el rol protagónico en la Bohéme de Puccini en septiembre.

Y en estos días, de vuelta en Buenos Aires, debe negociar con otra compañía donde ha sido aceptado.

Es surrealista, kafkiano o ¿cómo podría calificarse? Que un joven esforzado y luchador, con condiciones y con pocos recursos no tenga oportunidades en Chile pero sí las tenga en Argentina es, por decir lo menos frustrante. En particular cuando algunos hablan de Chile como un país de oportunidades.

Alex desearía que el Teatro Municipal de Santiago pudiera “acercar la música y la ópera más allá de las puertas del Teatro, a la comunidad, hacerlas expresión popular. Y que las abran a los talentos nacionales, que tengan formación que incluya escenografía y maquillaje”.

Alex tiene clara su apuesta, y sabe que tiene poco tiempo. En general el mejor periodo de un cantante lírico llega a los 43 o 45 años. Tiene 15 a 17 años para desarrollar su carrera, su pasión.