Generalmente, mis artículos se refieren en su mayoría a temas basados en la actualidad socio – política nacional y denuncias sobre irregularidades en el sector público. Esta vez, haré una excepción y quisiera explayarme en el caso que aflige a Televisión Nacional de Chile y su tal bullado caso reality “Las Argandoña”, tema, por lo demás, que varios colegas ya han comentado en los distintos medios de comunicación social.

Es inaceptable que TVN, que dice ser “el canal de todos los chilenos”, un medio que pertenece al estado de Chile -por mucho que se autofinancie-, realice un programa con un presupuesto escandaloso, que sólo en remuneraciones de sus cuatro principales protagonistas suman 500 millones de pesos aproximadamente. A ello, se le debe agregar los gastos de producción que son ridículamente desproporcionados, en atención a las exigencias de la señora Raquel Argandoña.

Primero, es un escándalo y una ofensa hacia la ciudadanía que el canal estatal gaste un dineral en este chiste de mal gusto, aunque ya esté financiado por sus auspiciadores (si es que es así efectivamente).

Segundo, es una pésima señal de que esta casa televisiva, un medio de comunicación público, apruebe emitir, así era al menos hasta el momento en que escribí este artículo, esta mala clase de programa. ¿Cuál es el aporte de este show? Ninguno. Sólo el capricho y la obsesión de doña Raquel por el dinero, que también hereda su hija Kel.

Junto a ello, sumar la participación de “pseudos actores invitados”, tales como el señor Pablo Schilling, un amante del boxeo, y un trabajólico ex bailarín, don Oscar “Lolo” Peña, quien con la ley del mínimo esfuerzo, se cuelgan de la fama de ambas Raquel y facturan millonarios honorarios, interpretando el papel de “goma” de las estrellas ya mencionadas.

Es que no puedo pensar más, que el contenido de este espacio cultural, es mostrar a la teleaudiencia, la vida diaria de estas personalidades que viven en un mundo lujoso, que a pocos les interesa. Me imagino, eso sí, que la trama de esta telenovela, tendrá algún capítulo de tipo social, donde aflorarán sentimientos por gente que viven en condiciones más vulnerables que ellas, como forma de equiparar el contenido de este espacio.

Volviendo atrás, no sé donde están puestos los pensamientos de los ejecutivos del canal, en especial de su director ejecutivo, señor Mauro Valdés, que aceptan producir y emitir este vergonzoso programa. Me pregunto ¿Tanto es el poder que tiene Raquel Argandoña en TVN? Porque para mí, es irracional e impresentable la actitud de quienes dirigen “el canal de todos”.

Una vergüenza, una locura y un desequilibrio de estos señores permitir la realización de un programa cuyo contenido es nulo. Incluso patético, televisar la vida de una personaje ambiciosa, enfermantemente obsesionada por el dinero y vender su diario vivir, con tal de facturar cifras exorbitantes.

Sólo espero, que los cientos de miles de chilenos, que han rechazado y criticado a TVN y a sus protagonistas por este espectáculo de Las Argandoña, a través de las redes sociales, no caigan en la tentación de ver este reality. Les pido que sean consecuentes en lo que piensan y juzgan.

Desde mi tribuna, hago un llamado a que no pierdan su tiempo viendo este circo, con cero contenido valórico.

Víctor Huidobro es periodista. Vive en Santiago y escribe regularmente en su blog, El Nada Serio. Tiene su cuenta de Twitter en @elnadaserio