El presidente Barack Obama condenó este miércoles el ataque “escandaloso” que costó la vida en Libia a cuatro estadounidenses, entre ellos al embajador de Estados Unidos, pero afirmó que este ataque no rompera los vínculos que existen entre Washington y Trípoli.
“Estados Unidos condena en los términos más fuertes este ataque escandaloso y chocante. Actuaremos para poner a nuestros diplomáticos bajo seguridad con el gobierno libio”, dijo Obama durante una intervención desde el Rosedal de la Casa Blanca, junto a la secretaria de Estado Hillary Clinton.
Al igual que la jefa de la diplomacia estadounidense, el mandatario diferenció a los atacantes de la mayoría de la población libia, destacando que muchos libios trataron de ayudar a los diplomáticos durante el ataque y transportaron el cuerpo del embajador al hospital.
“El ataque no romperá los lazos entre Estados Unidos y Libia”, afirmó.
El embajador de Estados Unidos en Libia Christopher Stevens murió en un ataque contra el consulado en Bengasi llevado a cabo el martes por la noche por hombres armados que protestaban contra una película realizada por un israelo-estadounidense, quien califica al islamismo de “cáncer”, y promocionada por el controvertido pastor de Florida (sureste) Terry Jones.
El presidente recordó que desde su independencia, “Estados Unidos es un país que ha respetado todas las creencias. Rechazamos todas las tentativas de denigrar la fe religiosa de otros. Pero no hay absolutamente ninguna justificación para este género de violencia sin sentido, ninguna”, subrayó.
Hilary Clinton, por su parte, condenó “en los términos más enérgicos este acto de violencia sin sentido y expresamos nuestras condolencias a los familiares, amigos y colegas de aquéllos a quienes hemos perdido”.
“La amistad entre nuestros países, nacida de una lucha común, no será otra baja de este ataque”, dijo Clinton, prometiendo que los responsables del ataque serán llevados ante la justicia.