Tres personas murieron en un voraz incendio declarado en el noreste de España, junto a la frontera con Francia, que ya arrasó más de 12.000 hectáreas, obligó a cortar carreteras y autopistas, y confinó a miles de personas en sus hogares.

Nubes gigantescas de humo y cenizas, impulsadas por un fuerte viento, se elevaban encima de la región de la localidad fronteriza de La Junquera, donde el fuego seguía esta noche descontrolado.

Las llamas encendían el cielo, amenazando las vías de comunicación que fueron cortadas, entre las cuales la autopista que une España con Francia.

“Esta noche va se muy larga. Vamos a trabajar intensamente”, declaró la noche del domingo el ministro catalán del Interior, Felip Puig. “Esperamos que a primeras horas de mañana por la mañana, los mediois aéreos puedan empezar a trabajar”, auguró.

“El fuego avanza 6 kms por hora, con llamas de cinco metros”, dijo Albert Ballesta, director general de Interior.

Por ahora el incendio causó tres muertos y 21 heridos, siete de los cuales en estado grave, según un portavoz de los bomberos. Entre ellos, un francés con el 80% de su cuerpo quemado.

Entre los fallecidos figuran un hombre de 75 años, víctima de una crisis cardíaca cuando vio su casa rodeada por las llamas, así como un padre de famila y su hija de 15 años que se arrojaron al mar, en Port-Bou, sur del Mediterráneo, cuando pretendian huir de las llamas.

El incendio se declaró el domingo, pasado el mediodía, en las cercanías de la localidad de La Junquera, fronteriza con Francia.

El fuego, avivado por la Tramontana, un viento del noroeste que soplaba a 90 km/h y con un aire reseco y temperaturas de 30 grados, se propagó rapidamente y esta noche ya había arrasado entre 12.000 y 13.000 hectáreas, precisaron los bomberos.

Ante la gravedad de la situación y al no poder evacuar a los habitantes de la zona, las autoridades decidieron confinar en sus viviendas a varios miles de personas en nueve localidades de la comarca del Alt Empordá, pidiendo que cierren puertas y ventanas.

Unas 4.000 personas se encontraban sin energía eléctrica el domingo por la noche.

“El fuego avanzó muy rápido, lo que dificultó su control”, declaró a la prensa el ministro catalán del Interior, Felip Puig, mientras más de 80 brigadas de bomberos luchaban contra el fuego.

El principal eje de comunicación de la región, la autopista que une Francia y España, de mucha circulación en la temporada veraniega, fue cortada lo mismo que otras rutas nacionales en Cataluña por las dificultades que provocan el humo que afecta la visibilidad y la amenaza de las llamas, que bordean algunas rutas.

La circulación entre Francia y España debió ser desviada a través del principado de Andorra.

El fuego, avivado vientos de 90 kms/h se propagó rapidamente arrasando miles de hectáreas de vegetación en poco tiempo e impidió la actuación de medios aéreos contra el fuego.

“Debido a la intensidad del viento, los ocho aviones destinados a la región no pudieron arrojar agua sobre las llamas”, explicó el gobierno regional.

Por la noche, la policía catalana anunció que 93 personas, 74 de ellos niños, habían sido evacuados, por precaución, de un campo de vacaciones próximo a la localidad de Sant Climent Sescebes y los trasladaron a un campo militar vecino.

Durante el fin de semana, una treintena de incendios arrasaron centenares de hectáreas de vegetación en el lado francés, en los Pirineos Orientales, a lo largo de la frontera, antes de propagarse al lado español.

Los incendios forestales son particularmente numerosos este año en España, que tuvo el invierno más seco de los últimos 70 años.

A comienzos de julio, un incendio se propagó durante varios días en la región de Valencia, este del país, destruyendo 50.000 hectáreas de terreno.

La última semana fue en Tenerife, una de las islas del archipiélago de las Canarias, donde el fuego devastó miles de hectáreas al borde del monte Teide, limítrofe con un importante parque natural clasificado patrimonio de la Unesco.