Este viernes se inició el juicio contra Luciano Pitronello, quien arriesga una pena de 15 años de cárcel por poner una bomba en una sucursal del Banco Santander, artefacto explosivo que finalmente detonó en su cuerpo hiriéndolo de gravedad.

Una vez iniciados los alegatos de apertura donde participaron los abogados querellantes y defensores, además de los fiscales que llevan adelante el caso.

El joven de 23 años perdió la mano derecha, tres dedos de la mano izquierda, daños severos a los ojos, problemas de audición y el 30 por ciento de su cuerpo quemado, fueron el primer efecto de la acción que protagonizó el 1 de junio del año pasado cuando pretendía instalar una bomba en la sucursal Vicuña Mackenna del Banco Santander.

Sin embargo, ahora enfrentará el efecto de la responsabilidad penal por su acto. La Fiscalía Sur pidió 12 años y día de cárcel por colocación de artefacto explosivo consumado en el marco de la ley anti terrorista y 3 años por uso de placa patente falsa que llevaba la motocicleta que ocupó el día que instaló la bomba, vehículo que pertenecía a su hermano.

Pitronello, cuando hoy enfrente al tercer juzgado oral de Santiago, tiene sólo una atenuante al momento de una eventual sentencia condenatoria, la irreprochable conducta anterior con la que contaba antes de protagonizar el hecho.

La acusación de la fiscalía Sur no considera la “colaboración sustancial” que también habría podido rebajar en algunos grados la condena, ya que el joven se ha negado a entregar el nombre de la persona que lo acompañaba y que huyó del lugar en la ocasión.

En la preparación del juicio oral el fiscal jefe regional sur, Raúl Guzmán, sólo tuvo un revés que fue la eliminación de las pruebas de contexto, que eran correos electrónicos y páginas web registradas en el computador del hermano del imputado, ya que se consideró que no enfrentaba la imputación de asociación ilícita terrorista.

El persecutor reconoció que en este caso lo principal es tratar de acreditar que la instalación de este artefacto explosivo, se trató de un delito de carácter terrorista, lo que no pudo acreditar dicha Fiscalía en el Caso Bombas.

El defensor público de Pitronello, el abogado Carlos Mora, apuesta sus argumentos a convencer al tribunal que el químico usado en la bomba que trató de instalar su representado era de baja graduación, lo que significaría que no podía causar gran daño, descartando el delito terrorista.

El joven abandonó la clínica Indisa el viernes 19 de agosto del año pasado, casi tres meses después de ocurrido el hecho, y aún se mantiene bajo tratamiento psiquiátrico y de kinesioterapia para recuperar la movilidad.

Actualmente, Pitronello se encuentra en prisión preventiva en la zona de salud del Penal de Santiago 1.