Un estudiante japonés, llamado Nobuhiro Takahashi, creó un peculiar “robot-trasero” para comprobar la reacción que causa en los humanoides estímulos como un azote, una caricia, etcétera, expresando de esta forma sentimientos como el dolor y la alegría.

Takahashi, que realiza sus estudios de comunicación electrónica en la Universidad de Tokio, afirmó que era más sencillo realizar un trasero que un rostro, y que además esta parte responde de manera más visible.

En cuanto a los materiales utilizados, la semejanza con la apariencia física a los humanos queda demostrada a simple vista. Esto, se consiguió a base de silicona y una estructura de músculos artificiales.

El joven afirma que este invento supone un gran avance para una futura interacción entre humanos y robot, siendo la comunicación no verbal de los humanoides más veraz y realista, según informaciones del periódico ABC.