El presidente estadounidense Barack Obama subió bruscamente el tono de su campaña como candidato demócrata a las elecciones presidenciales del 6 de noviembre ante sus adversarios republicanos, que siguen intentando arrebatarse unos a otros la investidura de su partido.
El viernes en la mañana, Obama se encontraba en Chicago (Illinois, norte), donde solía residir antes de convertirse en presidente. También tiene previsto ir a Georgia (sudeste) con el objetivo de celebrar reuniones electorales y recaudar fondos.
En un hotel de Chicago, el mandatario se dirigió a más de 600 personas que pagaron un boleto de entrada de al menos 2.500 dólares, y aseguró: La victoria de 2008 “no es más que el inicio de aquello por lo que luchamos”.
Luego participó de una mesa redonda ante 60 personas, cuyo precio de entrada fue de al menos 10.000 dólares. Así, durante una mañana, el presidente recaudó al menos 2,1 millones de dólares para su campaña. En total, ha acumulado 140 millones de dólares.
El jueves, Obama atizó sus críticas hacia los republicanos, a quienes tildó de “gruñones” nostálgicos que, “si hubieran vivido en el tiempo de Cristóbal Colón, no hubieran creído que la Tierra era redonda”.
Por su parte, el lado republicano podría tardarse meses en definir a su candidato definitivo, pues la batalla entre sus prospectos es muy reñida.