Paraguay resistió los embates de una aguerrida Venezuela y con el arquero Justo Villar como héroe, pasó a la final de la Copa América-2011 al vencer a Venezuela 5-3 en la definición por penales, tras igualar 0-0 en los 90 minutos y la prolongación del partido de semifinales jugado el miércoles en la ciudad de Mendoza (oeste).

Así, Paraguay buscará el tercer título de su historia en la Copa América, el primero desde 1979, cuando se enfrente el domingo con Uruguay, en la final que se disputará en el estadio Monumental de Buenos Aires, mientras que Venezuela se medirá el sábado con Perú, en La Plata, en el choque por el tercer puesto.

Paraguay llegará a la definición con la particularidad de no haber ganado ninguno de los cinco partidos que disputó en la Copa, ya que empató todos los que jugó, mientras que Venezuela, en la mejor participación de su historia, aún puede subirse al podio.

Para este duelo, el segundo entre guaraníes y llaneros luego del empate 3-3 por la ronda clasificatoria, Gerardo Martino, el DT de Paraguay, movió unas cuantas fichas y cambió cinco jugadores respecto del plantel que derrotó por penales a Brasil en los cuartos de final.

Paraguay buscó un poco más en los primeros minutos, con ataques volcados sobre el sector derecho, con Barreto como eje, ayudado por las subidas de Marcos Cáceres, y por ese lado tuvo la primera ocasión, con un tiro libre cabeceado por Verón, pero el portero Renny Vega se lució a puro reflejo para salvar su valla.

Sin embargo, Venezuela ajustó rápidamente las marcas y el equipo guaraní se quedó sin espacios, y sólo se arrimó con un remate alto de Haedo Valdez tras una mala salida de Vega, y un contraataque del mismo delantero que remató débil desde ángulo cerrado.

Del lado venezolano, Arango tomó los hilos en la conducción, pero no encontró compañía en la elaboración de los ataques, aunque Rondón se las rebuscó para complicar con un par de corridas.

En los últimos minutos, Venezuela se animó y generó zozobra con un cabezazo de Moreno que dio en el travesaño, y en la misma jugada, Justo Villar tapó el rebote que tomó Rondón.

No varió mucho el desarrollo en la segunda parte, con Paraguay algo más adelantado, pero sin llegar, porque Barreto quedaba muy solo en la tarea de conducir la parte ofensiva y Venezuela, sólida en el fondo, se sentía muy cómoda a la espera de algún error adversario.

El juego decayó mucho en la segunda parte, porque el equipo de Martino no tuvo ideas para vulnerar el andamiaje llanero, y Venezuela, más allá de un par de variantes en el ataque, no creó ni una sola ocasión frente a Villar.

La única jugada de riesgo dentro de esos 45 minutos pobrísimos fue una escapada por la derecha de Haedo Valdez casi en el arranque, pero Vega se lució con mucha seguridad para mantener el cero.

Como le sucedió con Brasil, Paraguay debía afrontar media hora extra de esfuerzo, mientras que Venezuela llegaba por primera vez al alargue.

Las emociones que se habían ausentado durante los 90 minutos de reglamento aparecieron en el suplementario, en un tramo dominado claramente por la vinotinto, que se adelantó en el terreno ante un conjunto guaraní muy cansado.

Venezuela arañó la victoria en un rebote de Fedor que dio en el poste derecho, y enseguida, en un tiro libre de Arango que chocó contra el mismo vertical, además de un penal de Verón a Maldonado que el árbitro mexicano Francisco Chacón no sancionó.

Tras la expulsión del volante Jonathan Santana por acumulación de faltas, Paraguay buscó refugio en su campo y en la manos de Justo Villar, que apareció para atajar una media vuelta de Rondón y tapar una arremetida de Fedor.

En los remates desde los once metros, Villar apareció para tapar el tercer remate, ejecutado por Franklin Lucena, y allí desequilibró Paraguay, que convirtió sus cinco remates.

La semifinal en la helada noche mendocina concluyó de la peor manera, ya que luego de los penales, jugadores e integrantes del cuerpo técnico de ambos equipos se trenzaron en una intensa pelea en las puertas de los vestuarios.