La líder de la lucha por la democracia birmana Aung San Suu Kyi llegó este lunes por la mañana a Bagan (centro) en su primer viaje fuera de Rangún desde su liberación en noviembre pasado, un desplazamiento estrictamente privado según la familia.

Fue acogida en el aeropuerto de la antigua capital imperial, uno de los parajes arquitectónicos más bellos del mundo, por su hijo menor Kim Aris, por numerosos periodistas y hombres que parecían policías de paisano.

No ha hecho comentarios pero su hijo dijo estar “muy feliz”.

“Son mis primeras vacaciones en 13 años. Ella también necesita una pausa. Vamos a quedarnos aquí cuatro días”, declaró.

La premio Nobel de la Paz declaró a finales de mayo que preparaba una gira por el país, una forma de medir su popularidad después de su liberación en noviembre del arresto domiciliario al que estaba sometida y del boicot de su partido, la disuelta Liga Nacional para la Democracia (LND), a las últimas elecciones.

Pero el miércoles, consultada por la AFP, dio a entender que haría la gira después de la temporada de lluvias, que dura todo el verano (boreal).

La semana pasada el régimen birmano la exhortó a cesar sus actividades políticas y le advirtió que asumía un gran riesgo con un viaje a provincias.

Una alusión directa a 2003, cuando Suu Kyi y su equipo fueron agredidos en una emboscada aparentemente orquestada por la junta que se saldó con unos cien muertos según la LND y cuatro según el régimen. La agresión fue utilizada para decretar contra ella arresto domiciliario por un periodo de siete años.

La comunidad internacional denunció últimamente las presiones ejercidas por el régimen birmano.