La producción ovina de las provincias de Chubut, Río Negro y Neuquén, en la Patagonia argentina, está en riesgo debido a las cenizas que esparció en la región el volcán chileno Peyehue y que dejó a miles de ovejas sin pasturas, informó el lunes el secretario de Emergencia y Desastre Agropecuario, Haroldo Lebed.
“Las ovejas comen pasto con cenizas, se les rompen los dientes y se intoxican”, relató el funcionario al concluir un relevamiento de seis días en la zona más afectada por el fenómeno, declarada por el gobierno nacional bajo emergencia agropecuaria y que concentra gran parte del rodeo ovino del país.
Según Lebed “hay unos 3.000 productores rurales afectados, de los cuales 2.200 son pequeños o medianos” en una región donde prima la explotación ovina.
El funcionario describió que la ciudad “más golpeada es Ingeniero Jacobacci, que quedó tapada por arena volcánica, más gruesa y pesada que las cenizas. Allí los pinos se caen por la cantidad de material depositado sobre las ramas”.
Ingeniero Jacobazzi es una pequeña ciudad de 6.000 habitantes ubicada a 1.900 km al suroeste de Buenos Aires en plena meseta patagónica y cuya principal actividad económica es la cría de ovejas.
El gobierno nacional auxiliará “con ayuda económica para la compra de fardos y suplementos granarios para el ganado”, dijo el secretario al cuantificar que hay “300.000 cabezas ovinas en un grado importante de riesgo”.
“La prioridad es salvar todo lo que se pueda la producción”, señaló.
La erupción, que comenzó el 4 de junio, partió en dos el territorio patagónico y dejó aislada por vía aérea a la zona sur.
La falta de vuelos y las nefastas consecuencias de la ceniza sobre el paisaje ponen en riesgo, además, la temporada turística invernal en ciudades como San Carlos de Bariloche, Villa La Angostura y Ushuahia, principales puntos turísticos patagónicos que reciben a miles de visitantes nacionales y extranjeros cada año.