Un proyecto de ley que busca modificar la actual Ley de Casinos, permitiendo que los cruceros y transatlánticos internacionales puedan abrir sus salas de juegos y casinos en aguas territoriales chilenas, ingresó el diputado de la Democracia Cristiana, Gabriel Ascencio, Presidente de la Comisión de Zonas Extremas de la Cámara, en conjunto con los diputados DC Carolina Goic, Sergio Ojeda, Aldo Cornejo y Roberto León y el parlamentario UDI, Nino Baltolú.

El parlamentario DC explicó que “actualmente, la ley vigente prohíbe el funcionamiento de este tipo de salas de juego desde la entrada a aguas territoriales chilenas de las naves que transportan pasajeros con fines turísticos; lo que constituye, para los operadores de estas naves, una restricción importante que no hace atractiva su presencia en nuestros puertos”.

Ascencio agregó que, además, “nuestra legislación impone también exigencias engorrosas a los buques nacionales, que transportan este tipo de pasajeros, lo que ha provocado que, desde que entró en vigencia la Ley de Casinos, ningún operador de estas naves haya solicitado autorización para operar estas salas en sus naves”.

Por lo tanto, explicó que “el proyecto de ley busca autorizar el funcionamiento de estos casinos en buques internacionales y flexibilizar las exigencias para estos efectos en las naves nacionales, facultando a la Superintendencia de Casinos y Juegos para que haga operativa estas autorizaciones, evitando todo tipo de discriminación entre las naves internacionales y chilenas en esta materia”.

La presencia de los cruceros en ciudades como Arica, Coquimbo, Valparaíso, Puerto Montt, Punta Arenas y otros puertos es clave para el desarrollo turístico de estas zonas. El sábado pasado recaló en Valparaíso el buque de turismo “Prince Albert II”, dando inicio a la temporada de cruceros 2010-2011. El crucero es uno de los 155 que se espera lleguen hasta el 13 de marzo al país.

Según diversas informaciones, especialmente emanadas desde el sector turístico, se ha señalado que los viajes de cruceros han disminuido debido a los altos costos que deben cancelarse en nuestro país en una serie de operaciones y, a la imposibilidad de que los casinos de juegos puedan funcionar a bordo mientras navegan por aguas nacionales.